¡FELIZ NAVIDAD!
Medita en tu corazón
sobre el milagro del nacimiento de JESÚS
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meditación
Bendiciones,
Enio
Meditación
Diaria
UNA NOCHE DE PAZ
ISAÍAS 9:6 “Porque un niño
nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará
su nombre Admirable, Consejero, DIOS Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”
La Biblia nos describe en el pasaje de Lucas 2:8-20 la escena más
maravillosa que se haya concebido jamás en la historia de la humanidad.
Sólo tenemos que imaginar a aquellos pastores realizando su trabajo
rutinario, velando, como cada noche lo hacían, mientras cuidaban de las ovejas
de su rebaño. De momento se les presentó un ángel, y “la gloria del Señor los rodeó de
resplandor.” ¡Con razón tuvieron temor! ¿Acaso no sentirías tú temor si
estuvieras en tu trabajo, o haciendo los quehaceres de la casa y de pronto se
apareciera ante ti un ángel, y todo el lugar se llenara de un intenso
resplandor?
Pero como si ésto no hubiera sido lo suficientemente impactante, el ángel
comienza a hablarles y les da a ellos, en primer lugar y con carácter de
exclusividad, la sensacional y extraordinaria noticia del nacimiento del SALVADOR
del mundo, el MESÍAS prometido, aquel del cual había escrito el profeta Isaías
unos ochocientos años antes, diciendo: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su
hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, DIOS Fuerte, Padre Eterno,
Príncipe de Paz.” (Isaías 9:6). Acto seguido se une a este ángel “una multitud de las huestes celestiales, que alababan a DIOS,
y decían: ¡Gloria a DIOS en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad
para con los hombres!”
¿Puedes imaginarte aquella preciosa noche llena de la paz y el gozo
inefable de la gloria de DIOS? ¡La noche de la primera Navidad!
¡Estar cerca de aquel bebé, DIOS mismo hecho carne, la plena manifestación de SU gloria en la tierra! ¡Qué maravilla! Y mientras tanto, “María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.” Quizás recordaba aquel momento en que el ángel Gabriel le anunció que élla había sido escogida por DIOS para concebir en su vientre, por obra y gracia del ESPÍRITU SANTO, al SALVADOR del mundo.
¡Estar cerca de aquel bebé, DIOS mismo hecho carne, la plena manifestación de SU gloria en la tierra! ¡Qué maravilla! Y mientras tanto, “María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.” Quizás recordaba aquel momento en que el ángel Gabriel le anunció que élla había sido escogida por DIOS para concebir en su vientre, por obra y gracia del ESPÍRITU SANTO, al SALVADOR del mundo.
Y ahora, nueve meses después, allí estaba élla, llena de gozo junto al
divino fruto de su obediencia y entrega total a la voluntad de DIOS.
¡Ciertamente la noche más maravillosa de la historia de la humanidad!
¿Puedes tú, al igual que María, meditar en tu corazón
sobre el milagro del nacimiento de JESÚS? ¿Has experimentado tú este milagro en
tu corazón? ¿Has aceptado a JESUCRISTO como tu SALVADOR?
Si aún no lo has hecho, sólo tienes que creer en tu
corazón que JESÚS es el SEÑOR y confesarlo con tus labios. Entonces serás
salvo, dice Romanos 10:9-10.
Eleva una oración al cielo, y dispón tu corazón para recibir a JESÚS como
tu SALVADOR. Y sentirás la paz más grande y más dulce que hayas sentido jamás,
y al igual que los pastores, alabarás y glorificarás a DIOS, y compartirás con
todos la preciosa experiencia de tu nuevo nacimiento.
OREMOS:
Bendito
DIOS, hoy te confieso mis pecados, y humildemente abro mi corazón para que JESÚS
venga a morar en él, y así poder disfrutar del precioso regalo de la salvación
y la vida eterna.
Por el amor de
CRISTO JESÚS, amén.
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