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Bendiciones,
Enio.
Meditación Diaria
NUESTROS REGALOS
El Aposento Alto
**Leer 1a Crónicas 29:14-18 (NVI)
1a CRÓNICAS
29:14 “En verdad, tú eres el dueño de todo,
y lo que te
hemos dado, de ti lo hemos recibido.”
No recuerdo
qué edad tenía, pero era la primera vez que compraba por mí mismo regalos de
Navidad. Mis padres me habían dado algo de dinero y me permitieron caminar por
el área comercial cercana a nuestro hogar. Entré en una joyería y puse mis
monedas sobre el mostrador. La empleada me ayudó a elegir un broche de fantasía
y una bufanda de color púrpura para mi madre. Por primera vez me sentí ansioso
de ver a mi mamá abrir su regalo de Navidad a la vez que yo abría los míos.
Al recordar,
agradezco a la empleada que me dedicó tanto tiempo. Además, no podía darle a mi
madre nada que no me hubiesen dado. Seguramente élla podría haberse comprado
artículos mucho más bonitos. Sin embargo, creo que se sintió muy feliz al
recibir mis regalos.
De igual manera, no podemos
entregarle nada a DIOS que DIOS no nos haya dado. Todas nuestras posesiones,
todo nuestro poder, todos nuestros talentos son dones de DIOS. Igualmente, creo
que a DIOS le complace lo que nosotros damos.
OREMOS: Oh DIOS, gracias por todo que nos has dado.
Gracias por
permitirnos ofrecer algo a cambio.
En el amor de
CRISTO, amén.
Sr. Drew Sappington (Florida, EE.UU.)
**Leer 1a Crónicas 29:14-18
»Pero ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que podamos
darte estas ofrendas voluntarias? En verdad, tú
eres el dueño de todo, y lo que te hemos dado, de ti lo hemos recibido. Ante ti, somos extranjeros y peregrinos, como lo fueron
nuestros antepasados. Nuestros días sobre la tierra son solo una sombra sin
esperanza. Señor y DIOS nuestro, de ti procede todo cuanto hemos
conseguido para construir un templo a tu santo nombre. ¡Todo es tuyo! Yo sé, mi
DIOS, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud. Por eso, con rectitud de
corazón te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas, y he visto con júbilo
que tu pueblo, aquí presente, te ha traído sus ofrendas. Señor, DIOS de nuestros antepasados Abraham, Isaac e
Israel, conserva por siempre estos pensamientos en el corazón de tu pueblo, y
dirige su corazón hacia ti.
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