DIOS
siempre busca nuestro bien.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
BUENA DISCIPLINA
Ministerios En Contacto
**Leer Hebreos 12:4-11
HEBREOS 12:5-6 “y
han olvidado ya lo que Dios les aconseja como a hijos suyos. Dice en la
Escritura:
«No desprecies, hijo mío, la corrección del Señor,
ni te desanimes cuando te reprenda. Porque el Señor corrige a quien él ama, y castiga a
aquel a quien recibe como hijo.»”
Para obtener una comprensión más profunda de
la naturaleza amorosa de la disciplina de DIOS, trata de recordar tu propia
infancia. Tal vez tú escuchaste decir a uno de tus padres: “Esto me duele más a mí que a ti”. En ese entonces, es
posible que no apreciaras ni creyeras esas palabras. Ni comprendieras el
verdadero significado hasta que te convertiste en adulto. La disciplina es
dolorosa, tanto para el destinatario como para el administrador, pero los
beneficios superan al sufrimiento.
Los buenos padres aman a sus hijos lo
suficiente como para mirar más allá de su comodidad inmediata y trabajar en
función de una meta más beneficiosa a largo plazo: la transformación de jóvenes
necios y egocéntricos en adultos sabios y amorosos. El PADRE Celestial trabaja
de la misma manera para ayudar a Sus hijos a madurar. La disciplina divina es
una parte necesaria del proceso, y una expresión de Su amor y bondad.
Aunque DIOS conoce los medios más efectivos
para disciplinarnos, el resultado es influenciado por nuestras actitudes.
Podemos elegir someternos y ser capacitados por ÉL, o rebelarnos y desperdiciar
la oportunidad de crecer en semejanza a CRISTO.
DIOS siempre busca nuestro bien, pero cuando
elegimos nuestro propio camino, rechazamos lo mejor y entristecemos su corazón.
Si tú no alineas tus
pensamientos con la verdad de las Sagradas Escrituras, el dolor y el
sufrimiento de la disciplina divina pueden producir el fruto de una actitud
amarga, un corazón airado y una visión distorsionada de DIOS.
De manera que, confía en la
voluntad perfecta del PADRE Celestial y disponte a aprender. ÉL producirá el
fruto de la justicia en tu vida.
OREMOS: PADRE Celestial ayúdame a través de Tu Espíritu
Santo a comprender y entender Tu Palabra. Que Tu amor y bondad se encuentren en
mi hogar y que la disciplina que llevemos
sea de acuerdo a Tú voluntad.
En el nombre de Cristo, amén.
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**Leer Hebreos 12:4-11 (DHH)
Pues ustedes aún no han tenido que llegar hasta
la muerte en su lucha contra el pecado, y han olvidado ya lo que Dios les
aconseja como a hijos suyos. Dice en la Escritura:
«No
desprecies, hijo mío, la corrección del Señor, ni te desanimes cuando te
reprenda. Porque el Señor corrige a quien él ama, y castiga a aquel a quien
recibe como hijo.»
Ustedes
están sufriendo para su corrección: Dios los trata como a hijos. ¿Acaso hay
algún hijo a quien su padre no corrija? Pero si Dios no los corrige a ustedes
como corrige a todos sus hijos, entonces ustedes no son hijos legítimos. Además,
cuando éramos niños, nuestros padres aquí en la tierra nos corregían, y los
respetábamos. ¿Por qué no hemos de someternos, con mayor razón, a nuestro Padre
celestial, para obtener la vida? Nuestros padres aquí en la tierra nos
corregían durante esta corta vida, según lo que les parecía más conveniente;
pero Dios nos corrige para nuestro verdadero provecho, para hacernos santos
como él. Ciertamente, ningún castigo es agradable en el momento de recibirlo,
sino que duele; pero si uno aprende la lección, el resultado es una vida de paz
y rectitud.
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