Todas las
cosas son posibles para DIOS.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¿TE PARECE MUY GRANDE TU PROBLEMA?
MARCOS 10:27 “Entonces Jesús,
mirándolos, dijo: --Para los hombres es imposible, pero no para DIOS, porque
todas las cosas son posibles para DIOS”.
La
lectura de hoy, nos narra los momentos que precedieron a uno de los
acontecimientos bíblicos más conocidos: la pelea entre David, un jovencito
judío pastor de ovejas cuyo armamento se limitaba a una simple honda y algunas
piedras, y Goliat, un enorme gigante filisteo, experimentado guerrero, armado
hasta los dientes.
David
había llegado al campamento del ejército de Israel con el fin de traer un
encargo de su padre para sus hermanos mayores.
Allí se enteró que este gigante filisteo estaba retando a que saliera un
hombre de entre los israelitas para que peleara con él. Entonces David se ofreció como voluntario
para pelear contra el gigante.
Sin
duda, la situación en la que se encontraba David era sumamente difícil. Desde el punto de vista humano, las
posibilidades de éxito eran prácticamente nulas.
Sin
embargo, lo primero que hizo David fue recordar y declarar las maravillas que
DIOS había hecho en su vida y las veces que lo había librado de circunstancias
sumamente difíciles; y en esos recuerdos basaba su fe y su confianza en la
victoria. De esta manera se enfrentó
David al gigante Goliat.
Dice
el versículo 45 de este mismo capítulo: «David le contestó: —Tú vienes contra mí con espada, lanza y
jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el DIOS de
los ejércitos de Israel, a los que has desafiado. Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos;
y yo te mataré y te cortaré la cabeza».
Y
a los pocos minutos, aquel gigantón yacía a los pies del joven pastor de
ovejas; no por sus fuerzas, sino por la fuerza y el poder del DIOS
Todopoderoso.
Muchas
veces nos encontramos en medio de circunstancias tan difíciles que no vemos la
más mínima solución.
Quizás
hoy tú te encuentres en una de esas situaciones, ya sea en el aspecto
económico, o en lo relativo a la salud, o a las relaciones familiares, o en tu
centro de trabajo, etc., etc.
Y
probablemente, el enemigo te esté sugiriendo de alguna manera que no hay forma
de que puedas resolver tu problema, así como Saúl trató de convencer a David de
que era totalmente imposible que él pudiera vencer a Goliat.
Cuando
nos encontramos en situaciones difíciles, y no recibimos una inmediata
respuesta de DIOS a nuestras oraciones, es muy fácil que nos olvidemos de todas
las veces en que el Señor nos ha ayudado en el pasado y comencemos a dudar de ÉL
y a quejarnos de Su “demora” en actuar.
Piensa
un momento en todo lo que DIOS ha hecho en tu vida, en las situaciones de las
cuales te ha librado en el pasado. ¿Crees que ahora el Señor te
abandonará?
¡Por
supuesto que no! ÉL ha prometido estar contigo todos los días hasta el fin del mundo
(Mateo 28:20).
No importa cuán grande te parezca tu
problema, DIOS es infinitamente más grande que él. Así como David se enfrentó al enorme gigante,
enfréntate a ese problema sin temor, en el nombre del Señor, y la victoria será
tuya.
OREMOS: Padre mío, hoy pongo delante de Tu trono de gracia esta situación
que para mí es imposible de resolver. Gracias por recordarme que no hay DIOS
tan grande como Tú, y confío que Tu poder es mayor que todos mis problemas. En
el nombre de Jesús, amén.
LECTURA BIBLICA: 1ª Samuel 17:32-37
32 Entonces David le dijo a Saúl: -¡Nadie tiene
por qué desanimarse a causa de este filisteo! Yo mismo iré a pelear contra él.
33 —¡Cómo vas a pelear tú solo contra este
filisteo! —replicó Saúl—. No eres más que un muchacho, mientras que él ha sido
un guerrero toda la vida.
34 David le respondió: -A mí me toca cuidar el
rebaño de mi padre. Cuando un león o un
oso viene y se lleva una oveja del rebaño,35 yo lo persigo y lo
golpeo hasta que suelta la presa. Y si el animal me ataca, lo sigo golpeando
hasta matarlo. 36 Si este siervo de Su Majestad ha matado leones y
osos, lo mismo puede hacer con ese filisteo pagano, porque está desafiando al
ejército del DIOS viviente. 37
El Señor, que me libró de las garras del león y del oso, también me librará del
poder de ese filisteo. —Anda, pues
—dijo Saúl—, y que el Señor te acompañe.
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