Mi yo interior…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¿QUIÉN VIVE EN MI?
GALATAS 2:20 “y ya no soy yo quien vive, sino
que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por
mi fe en el Hijo de DIOS, que me amó y se entregó a la muerte por mí.”
Eran
once hombres, finos, educados, graduados de reconocidas universidades. Había un
actor francés, un astrónomo polaco, un matemático alemán, un historiador ruso,
un pianista austriaco, un financista norteamericano, un político japonés, un
cocinero griego, un geólogo árabe, un general chino y un pintor español.
Estos
once hombres vivían todos en la misma casa, es decir, habitaban dentro de una
sola persona. Se trataba de un inglés,
Conrad Furst, con el caso de personalidades múltiples más notable de los
últimos tiempos. Por momentos Conrad era
el actor francés, o podía ser el astrónomo polaco o el financista
norteamericano. Una u otra de estas once
personalidades, sin anuncio y sin permiso, se apoderaba de él, y la
identificación era tan fuerte que ni Conrad mismo podía desligarse de quien lo
poseía.
Los
casos de múltiple personalidad no son extraños.
Casi siempre se trata de dos, o a lo sumo tres, metidas dentro de una
sola persona. Conrad Furst llevaba once
dentro de sí.
¿A
qué se deben estos casos de personalidades múltiples? Los psiquiatras no se ponen de acuerdo al
respecto. Pero estas manifestaciones
existen, y traen sus problemas. Si bajo la influencia de una de estas
personalidades, por ejemplo, se comete un delito, por no ser la persona misma,
los jueces no saben cómo aplicar la ley.
Es un fenómeno que deja perplejos a todos.
Si
bien a pocos nos toca lidiar con casos como ésos, casi todos enfrentamos a
diario otros tipos de invasión de la personalidad humana. Por ejemplo, el odio, los celos, la envidia,
la rabia, el desprecio y el rencor pueden cambiar por completo la personalidad
de un individuo. Los amigos dejan de
entenderse; los familiares se vuelven enemigos; los matrimonios se disuelven,
etc., etc.
Y
somos nosotros los que les damos entrada a estos sentimientos negativos en
nuestras vidas. Éstos son desvíos que
nosotros mismos nos permitimos, pero son totalmente contrarios a la intención
divina para el ser humano.
Hay Alguien que sí desea habitar en
nosotros: DIOS. Cuando el que vive en
nosotros es Cristo, en lugar de temor hay fe, en lugar de sospecha hay
confianza, en lugar de rencor hay amor, y en lugar de odio hay perdón.
No
llevemos una vida chocante. Vivamos
conforme a la voluntad de nuestro Creador.
Vivamos seguros en armonía y en paz, que serán nuestras si vivimos en el
amor de DIOS y DIOS es amor.
ORACIÓN: Señor, reconozco que yo sólo no puedo
lograr esa vida de paz y de armonía que anhelo, pero ahora sé que con Tu ayuda,
con el Espíritu Santo guiándome, lo puedo lograr. Ayúdame a entender cada día cuando me levanto
que Tú estás a mi lado, no sólo para acompañarme en mi nuevo camino, sino para
darme la fuerza que necesito para recorrerlo.
Te alabo, te bendigo y te doy gracias Señor. En el Nombre de Jesús, amén.
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