Nuestro
Guía: el Espíritu Santo.
Comparte
esta meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
BIEN POR MAL
PROVERBIOS 17:13 “Al que devuelve mal por bien,
nunca el mal se apartará de su familia.”
De una cosa podemos estar
seguros y ésta es que toda acción tiene sus consecuencias. Si las acciones son buenas, las consecuencias también
serán buenas. Lo contrario también aplica. Las malas acciones traen malas
consecuencias.
Es
sorprendente que algo tan simple como ésto se pase por alto cuando estamos
tomando decisiones. Una razón puede ser que nunca nos detenemos a pensar antes
de tomar una decisión. Una inmensa mayoría de nuestras decisiones son tomadas
en una fracción de segundo sin que las analicemos a fondo ni calculemos las
consecuencias que traerán.
Nuestra
reacción natural es responder con la misma moneda con que nos han pagado.
¿Mecanismo de defensa o necesidad de venganza? Además, nos han adiestrado a que
debemos ser rápidos para tomar decisiones y a que no debemos perder tiempo para
reaccionar adecuadamente. La mezcla de estas dos cosas nos hace cometer muchos
errores de contínuo.
Dos cosas podemos hacer para
revertir estas peligrosas tendencias que buscan controlar nuestro ser y
adueñarse de nuestra voluntad:
- Lo primero es obedecer lo que
nos encargó el Señor Jesucristo: «Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente
por diente.”Pero yo les digo: No resistan al que
les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha,
vuélvele también la otra. Si alguien te pone pleito para quitarte la capa,
déjale también la camisa. Si alguien te obliga a llevarle la carga un
kilómetro, llévasela dos.Al que te pida, dale; y al que quiera tomar
de ti prestado, no le vuelvas la espalda.»
Éste posiblemente, sea uno de los
mandamientos más difíciles de cumplir porque
nuestra naturaleza pecaminosa es muy fuerte en este sentido.
- Lo otro que podemos
hacer es no apresurarnos para tomar decisiones antes de haber consultado
con nuestro Padre Celestial y preguntarnos si lo que vamos a decidir es
algo de su agrado, por apremiante que la situación se presente. A menos que la situación planteada sea un caso de
vida o muerte. En todo caso, estas cosas sólo podemos lograrlas bajo la
dirección del Espíritu Santo y nunca por nuestros propios medios aunque
nos parezca que somos capaces de hacerlo.
Recordemos,
pues, las instrucciones del Señor y dejémonos guiar por Su Santo Espíritu.
Pronto notarás como las buenas acciones traerán buenas consecuencias. ¡Sólo a
DIOS sea la gloria!
ORACIÓN: Ayúdame Señor a cumplir Tu
voluntad… de amar a mi prójimo, como a mi mismo… En el nombre de Cristo, amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario