El buen 'administrador'…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
Renuevo De Plenitud
COLOSENSES 3:23 "Y todo lo
que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres."
COLOSENSES 3:17 "Y todo lo
que hacéis, sea de palabra, ó de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor
Jesús, dando gracias á DIOS Padre por él."
Esta historia es sobre
un hombre que reflejaba en su forma de vestir la derrota, y en su forma de
actuar la mediocridad total.
Ocurrió en París, en
una calle céntrica aunque secundaria. Este hombre, sucio, maloliente, tocaba un
viejo violín.
Frente a él y sobre el
suelo estaba su boina, con la esperanza de que los transeúntes se apiadaran de
su condición y le arrojaran algunas monedas para llevar a casa.
El pobre hombre trataba
de sacar una melodía, pero era del todo imposible identificarla debido a lo
desafinado del instrumento, y a la forma displicente y aburrida con que tocaba
ese violín.
Un famoso concertista,
que junto con su esposa y unos amigos salía de un teatro cercano, pasó frente
al mendigo musical.
Todos arrugaron la cara
al oír aquellos sonidos tan discordantes. Y no pudieron menos que reír de buena
gana.
La esposa le pidió, al
concertista, que tocara algo. El hombre echó una mirada a las pocas monedas en
el interior de la boina del mendigo, y decidió hacer algo.
Le solicitó el violín.
Y el mendigo musical se lo prestó con cierto recelo.
Lo primero que hizo el
concertista fue afinar sus cuerdas.
Y entonces,
vigorosamente y con gran maestría arrancó una melodía fascinante del viejo
instrumento. Los amigos comenzaron a aplaudir y los transeúntes comenzaron a
arremolinarse para ver el improvisado espectáculo.
Al escuchar la música,
la gente de la cercana calle principal acudió también y pronto había una
pequeña multitud escuchando arrobada el extraño concierto.
La boina se llenó no
solamente de monedas, sino de muchos billetes de todas las denominaciones.
Mientras el maestro sacaba una melodía tras otra, con tanta alegría.
El mendigo musical
estaba aún más feliz de ver lo que ocurría y no cesaba de dar saltos de
contento y repetir orgulloso a todos: "¡¡Ese es mi violín!! ¡¡Ese es mi violín!!".
Lo cual, por supuesto, era rigurosamente cierto.
La vida nos da a todos
"un violín". Son nuestros conocimientos, nuestras habilidades y nuestras
actitudes. Y tenemos libertad absoluta de tocar "ese violín" como nos
plazca.
Sé nos ha dicho que DIOS
nos concede libre albedrío, es decir, la facultad de decidir lo que haremos de
nuestra vida. Y esto, claro, es tanto un maravilloso derecho, como una
formidable responsabilidad.
Algunos, por pereza, ni
siquiera afinan ese violín. No perciben que en el mundo actual hay que
prepararse, aprender, desarrollar habilidades y mejorar constantemente
actitudes si hemos de ejecutar un buen concierto.
Pretenden una boina
llena de dinero, y lo que entregan es una discordante melodía que no gusta a
nadie.
Esa es la gente que
hace su trabajo de la forma: "hay se va...", que piensa en términos
de "me vale...", y que cree que la humanidad tiene la obligación de
retribuirle su pésima ejecución, cubriendo sus necesidades.
Es la gente que piensa
solamente en sus derechos, pero no siente ninguna obligación de ganárselos.
La verdad, por dura que
pueda parecernos, es otra.
Tú y yo, y cualquier
otra persona, tenemos que aprender tarde o temprano, que los mejores lugares
son para aquellos que no solamente afinan bien ese violín, sino que aprenden
con el tiempo también a tocarlo con maestría.
Por eso debemos de
estar dispuestos a hacer bien nuestro trabajo diario, sea cual sea, y a aspirar
siempre a prepararnos para ser capaces de realizar otras cosas que nos
gustarían.
La historia está llena
de ejemplos de gente que aún con dificultades iniciales llegó a ser un
concertista con ese violín que es la vida. Y también, por desgracia, registra
los casos de muchos otros, que teniendo grandes oportunidades, decidieron con
ese violín, ser mendigos musicales.
La verdad es que DIOS
nos concedió "libre albedrío". Tú puedes hacer algo grande de tu vida,
o hacer de ella algo mediocre. Esa es tu decisión personal.
LO NEGATIVO: Negarnos a
afinar bien nuestro violín de la vida. Y quejarnos de que la gente no disfrute
la melodía que sacamos de él.
LO POSITIVO: Comprender
que, nos guste o no, solamente prosperaremos si afinamos bien ese violín, y
aprendemos a sacar de él las mejores melodías.
ORACIÓN: Gracias Padre
Celestial por las muestras de Tu amor. Gracias por este nuevo día y por las
bendiciones que recibo diariamente.
Gracias por mi "libre albedrío"… pero Señor ayúdame a ser un
'administrador responsable' de todas las cosas que me das… mi vida, mi salud,
mi familia, mi trabajo, mis amistades, etc., etc… y que todo lo que haga sea de
Tu agrado. Gracias Señor porque Tú
escuchas nuestras oraciones. En el
nombre de Cristo Jesús, amén.
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