sábado, mayo 12, 2012

ESPÍRITU DE COMPASIÓN

Acción de gracias
Comparte esta meditación.
Bendiciones,
Enio

Meditación diaria

Espíritu de compasión
Nuestro Andar Diario
2ª Corintios 1:3-7 3 Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues él es el Padre que nos tiene compasión y el Dios que siempre nos consuela.  4 Él nos consuela en todos nuestros sufrimientos, para que nosotros podamos consolar también a los que sufren, dándoles el mismo consuelo que él nos ha dado a nosotros. 5 Porque así como los sufrimientos de Cristo se desbordan sobre nosotros y nosotros sufrimos con él, así también por medio de Cristo se desborda nuestro consuelo.  6 Pues si nosotros sufrimos, es para que ustedes tengan consuelo y salvación; y si Dios nos consuela, también es para que ustedes tengan consuelo y puedan soportar con fortaleza los mismos sufrimientos que nosotros padecemos.  7 Tenemos una esperanza firme en cuanto a ustedes, porque nos consta que, así como tienen parte en los sufrimientos, también tienen parte en el consuelo”.
La vida puede tener sus momentos de torpeza.  Como cuando tú y otra persona llegan a una puerta al mismo tiempo y sucede aquello de: -"Pase usted."-  -"No, no, pase usted."-  -"No, de verdad, pase usted primero."-
O cuando te encuentras en un ascensor con la única persona en el mundo a quien no soportas.  O cuando alguien a quien conoces pierde un ser querido en la familia y tienes que conversar con esa persona.  Puede ser un momento muy torpe para los dos porque en realidad no sabes qué decir.
Y bien, he aquí unos consejitos sobre cómo mostrar que te importa y que tienes un espíritu de compasión.
Tienes miedo de decir algo, o de no saber cómo comunicar que te importa de veras lo que sucede. Hasta podría ser la primera vez que hayas tenido que consolar a alguien.
1.        No trates de ser profundo ni de pronunciar un gran discurso.  Limítate a ser cálido en tus condolencias y a mencionar que te interesas y que vas a orar por eso.  Podría ser suficiente decir: "No sé qué decir, pero siento mucho lo que te sucede” (2ª Corintios 1:3-4).
2.        Haz ofertas sinceras y prácticas. ¿Te puedo traer algo de comer?  ¿Necesitas que te haga algún trabajo?  ¿Necesitas que te lleve a algún sitio?  ¿Quieres que te acompañe?  Incluso si la persona dice que no, la oferta se agradece.
3.        Ten la delicadeza de que tu visita sea corta.
4.        Ten cuidado de no hacer comparaciones. He escuchado a personas tratando de consolar a un amigo afligido mencionando que una vez tenían a un ser querido que murió.  La consolación por comparación, sobre todo al principio, no es bálsamo para la herida.
5.        Evita los clichés.  Las frases como "él se encuentra en un lugar mejor" o "sólo necesitas tiempo", suenan huecas y sin sentido ante una verdadera aflicción.
6.        No dejes de preocuparte por la persona. Después que pasen unos meses, no olvides que el dolor sigue presente (Filipenses 4:10 Me alegro mucho en el Señor de que ustedes hayan vuelto a pensar en mí. No quiero decir que me hubieran olvidado, sino que no tenían la oportunidad de ayudarme.”).
Consolar en medio de la desesperación no tiene por qué ser torpe.  Con amor y ternura puedes ayudar si tienes un espíritu de compasión.  --Dave Branon
ORACIÓN:
Señor, pido tu ayuda y orientación para que en los momentos difíciles que se puedan presentar tenga palabras correctas y atinadas para expresarme dando el consuelo que viene de Ti.  Gracias Señor.  En el nombre de Cristo, amén.

No hay comentarios.: