sábado, agosto 20, 2011

LA FUENTE DE MI ÉXITOS

La fuente de mis éxitos...
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
HONRAR
por RITCHIE PUGLIESE
1 SAMUEL 2:30  “Por lo tanto, el Señor, el Dios de Israel, que había dicho que tú y tu familia le servirían siempre, ahora declara: ‘Jamás permitiré tal cosa, sino que honraré a los que me honren, y los que me desprecien serán puestos en ridículo. Yo, el Señor, lo afirmo’.”
Así como los tiempos de fracaso y pruebas ponen de manifiesto aquellas cosas (no buenas por cierto), que jamás pensábamos que teníamos en nuestro interior, lo mismo sucede cuando los éxitos llegan.
Existen personas que son transformadas por el éxito.  Cuando eran “nadie”, se les veía callados, sumisos y humildes pero ahora que son “algo más”, son personas arrogantes, orgullosas y llenas de vanidad.
Alguien dijo una vez: “Denle un rango superior a alguien y conocerán realmente quién es”.
Esto sucede a diario en el trabajo, en la actividad pública, en el ministerio y en cualquier lugar donde nos movamos.  Tener éxito no es pecado.  El problema está en pensar que yo soy el causante o la fuente del éxito.  Como cristianos, la única manera de vivir que debemos tener, es darle en todo la honra a nuestro Señor.
Cuando el ser humano se da cuenta que no vale nada y que si algo puede hacer bien es por la Gracia de Dios, allí se acaba todo el problema de la arrogancia y orgullo.  Esa será una persona que glorificará con su vida al Señor
El Señor en este día te está diciendo claramente que si decides darle a El toda la gloria, y el mérito de tu actual éxito, El resultará glorificado y tú más que bendecido.  Decide honrar a Dios por sobre todo, y tú también serás honrado posteriormente por los demás.  No te olvides… Todo lo que hagas, hazlo de corazón, no como para los hombres sino como para Dios.
CONFESION DE FE: EN LOS EXITOS QUE TENGO ACTUALMENTE, LA HONRA LE PERTENECE SOLO AL SEÑOR.
ORACION:
Señor, quita de mi esa arrogancia y soberbia que me quiere hacer creer que soy “algo importante” y que por mis propios méritos he logrado este éxito.  Me humillo ante Tí y te reconozco como la Fuente de mis éxitos.  ¡Toda la Gloria sea para ti Señor Jesús!  En tu Santo Nombre, amén.

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