SOBRE NUESTRA ADORACION

Sobre nuestra adoración...
Comparte esta meditación.
Bendiciones,
Enio

Meditación Diaria

por RITCHIE PUGLIESE

ADORADOR
JUAN 4:23 “Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren.”

La meditación de hoy es sobre la verdadera adoración dirigida a Dios. El pasaje bíblico de este día dice que Dios busca verdaderos adoradores. No dice simplemente “adoradores” sino verdaderos adoradores.

¿Qué es un verdadero adorador? La respuesta la hallamos en el mismo pasaje donde dice que los verdaderos adoradores adoran al Señor en espíritu y en verdad. Adorar en espíritu y en verdad me transforma automáticamente en un verdadero adorador.

¿Qué significa adorar en espíritu? Aquí se refiere que la verdadera y genuina adoración es la que elevamos a Dios, siendo guiados por el poder del Espíritu Santo. La adoración es espiritual en Dios, y debe ser efectuada en el mismo Espíritu.

La adoración no es una liturgia fría y obligatoria, sino algo agradable, qie deleita al verdadero adorador, pues el Espíritu Santo es el promotor de la adoración.

¿Qué significa adorar en verdad? La Palabra de Dios (La Biblia) es la verdad, Cristo es la Verdad, Cristo es la Palabra Viviente de Dios. Esto nos enseña que adorar en verdad es hacerlo basados en la Palabra de Dios.

Muchos intentan adorar pero lo hacen “a su manera”, no como la Biblia enseña. Hay decenas de versículos que nos enseñan las distintas maneras de presentar adoración. Hay personas que tienen temor o vergüenza de levantar sus brazos, danzar y levantar la voz al alabar y adorar porque piensan que es una exageración.

Si queremos ser verdaderos adoradores, volvamos a releer la Palabra de Dios y a renovar nuestras vidas en el poder del Espíritu Santo.

CONFESION DE FE: ALABO Y ADORO AL SEÑOR EN EL PODER DEL ESPIRITU SANTO Y CON LA AUTORIDAD DE LA BIBLIA

ORACION:

Señor. ¡Renueva mi alabanza y adoración en este día mi Dios! Rompe mis formas humanas y de las iglesias que no hacen más que impedirme alabarte como lo enseña tu Palabra. Dame la libertad de tu Espíritu Santo y quita mi toda vergüenza, Señor. Por Cristo nuestro Señor, amén.