La conjugación espiritual…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
APRENDIENDO A COMPARTIR
APRENDIENDO A COMPARTIR
EZEQUIEL 18:32 “¿Por qué habrás de
morir, pueblo de Israel, si yo no quiero que nadie muera? Apártense del mal y
vivirán. Yo, el
Señor, lo afirmo”.
El egoísmo es la raíz de todos los
males de la humanidad. Hace que sólo pensemos en nosotros mismos y que los
demás “se las arreglen por su propia cuenta”.
La "gramática" del
egoísta se conjuga como nos lo han enseñado en la escuela: “yo”, “tú”, “él”,
etc., pero en la faz espiritual es al revés. Primero está “él” (DIOS, el SEÑOR),
luego está “tú” (el prójimo) y luego está “yo”.
Si empezamos a conjugar con los
verbos celestiales, nuestra vida cambiará radicalmente y dejaremos de ocuparnos
en nosotros mismos pensando en el Señor y en los demás.
Mira a tu alrededor. Quizás ahora
mismo en tu hogar, entre tus familiares, en la vecindad, en la oficina, tengas
a uno o más personas para hablarles del amor salvador de CRISTO y no lo estás
haciendo porque has pensado sólo en tu propia salvación.
El SEÑOR quiere usarte en tu
familia, en tu trabajo, con los amigos y vecinos pues ÉL no quiere la muerte de
nadie. ÉL quiere que cada ser humano “mortal” le conozca, se arrepienta y tenga
vida presente y eterna en CRISTO JESÚS.
¿Seguirás encerrado en
tu egoísmo o has cambiado la conjugación natural por la conjugación espiritual?
OREMOS: DIOS mío. Saca de mi, el pensar sólo en mí sin importarme los
demás. Te pido que arranques éso de mi vida, y te entrego mi ser para que TÚ lo
uses en proclamar TU poderoso Evangelio de la Salvación.
Por CRISTO nuestro
SEÑOR, amén.
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