No juzgues para que no…
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Bendiciones,
Enio
Meditación
Diaria
SIN JUZGAR
El Aposento Alto
**Léase Lucas 14:7-14
MATEO 11.28 "Venid a mí todos los que estáis
trabajados y cargados, y yo os haré descansar".
Una mañana, mientras limpiaba de
yerbas mi jardín, encontré entre las flores una planta de orquídea que una vez
fue hermosa y exuberante. En ese momento lucía fea y estropeada. Con desdén, la
arranqué y la tiré en medio del jardín.
Un tiempo después, mientras regaba el
jardín, encontré la más hermosa orquídea que yo jamás hubiera visto. Para mi
sorpresa, estaba creciendo de la planta que había tirado.
Este hecho me recordó la historia
bíblica de la higuera y el viñador paciente (Lucas 13.6-9)
6 "Les dijo también
esta parábola: «Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar
frutos y nos encontró. 7 Dijo
entonces al viñador: "Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta
higuera y nos encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la tierra?".
8 Pero él
respondió: "Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra
alrededor de ella y la abonaré. 9 Puede ser que así dé frutos en
adelante. Si no, la cortarás"».
Este hecho se me pareció a la
experiencia con la orquídea. El viñador de la historia nos da un buen ejemplo.
En vez de rechazar a quienes están trabajados y cargados, como los menesterosos,
los niños de la calle y otras figuras que la sociedad desprecia, debemos
reconocer que todos tienen sus dones y talentos.
Podemos dar la bienvenida a las
personas que viven al margen de la sociedad. Cuando lo hacemos, vivimos en el
Espíritu de Cristo, que dijo: «no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo»
(Juan 12.47).
Autor: Sra. Miriam Marchini de
Freitas (San Pablo, Brasil)
Pensamiento para el Día: NO JUZGUEMOS PARA NO SER JUZGADOS.
OREMOS: Gracias, DIOS, por TUS
bendiciones. Danos el deseo y el valor de recibir a quienes la sociedad
rechaza. En el nombre de CRISTO JESÚS, amén.
OREMOS: Por los/as niños/as
abandonados/as.
**Léase Lucas 14:7-14
7 Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros
puestos, les dijo esta parábola: 8 «Si te invitan a un banquete de
bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido
invitada otra persona más importante que tú, 9 y cuando llegue el
que los invitó a los dos, tenga que decirte: "Déjale el sitio", y
así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar.
10 Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el
último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga:
"Amigo, acércate más", y así quedarás bien delante de todos los
invitados. 11 Porque todo el que ensalza será humillado, y el que se
humilla será ensalzado».
12 Después dijo al que lo había invitado: «Cuando des un
almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus
parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así
tengas tu recompensa. 13 Al contrario, cuando des un banquete,
invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos.
14 ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo
retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!».
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