sábado, mayo 13, 2017

EL EJEMPLO DE ANA

¡FELIZ DÍA DE LA MADRE!
Un saludo especial, acompañado de un gran abrazo para todas nuestras queridas madres, recordando que ninguna labor u obra va a ser desapercibida por DIOS, como lo dice en Hebreos 6:10: “Porque DIOS no es injusto como para olvidarse de las obras y del amor que, para su gloria, ustedes han mostrado sirviendo a los santos, como lo siguen haciendo”.   Para todos, ¡Que tengan excelente Día de la Madre, lleno de bendiciones!,
Comparte esta meditación.
Bendiciones,
Enio 
Meditación Diaria
EL EJEMPLO DE ANA
Charles Stanley
1ª SAMUEL 1: 2-20**
         En la lectura bíblica de hoy, el profeta Samuel habla de sus piadosos padres y de las circunstancias difíciles que enfrentaron antes de que él naciera.
         Al observar la vida de su madre, Ana, podemos aprender algunos principios importantes para la vida.  Aunque su situación tenía que ver con la maternidad, las lecciones se aplican tanto a hombres como a mujeres:
  Manténte siempre fiel a tu familia  Una mujer de su entorno atormentaba a Ana sin piedad.  Aunque no estaba en peligro físico, se mantenía turbada emocionalmente porque no podía evitar a esta persona. ¡Qué tentador debió haber sido tratar de buscar una salida!  Pero Ana permaneció en el hogar, oraba al Señor y hacía todo lo posible por resistir.  Demostró una fidelidad a su familia que era más importante que su necesidad de tranquilidad.
  Manifiesta amor y aceptación.  Ana consideraba que su hijo Samuel era un regalo del Señor (v. 20).  Me la imagino diciéndole día tras día: -"Eres un regalo que DIOS me dio.  Te amo y anhelo saber qué planes tiene Él para ti"-. 
         Tenemos el poder de edificar a nuestros hijos y cónyuges, o el de destruirlos.  Por medio de nuestras palabras de afirmación, oraciones, expresiones de afecto como un abrazo y un beso, mostramos a nuestros hijos lo mucho que los valoramos.  Demostrarles un amor puro fortalece a las personas más preciosas para nosotros.
         Algunos de nosotros tal vez estamos viviendo con personas que nos hacen la vida difícil, y a veces somos afectados negativamente por las decisiones que toman.  DIOS entiende tu situación, como entendía muy bien la de Ana. 
         Acércate a DIOS, y experimenta Su amor y fidelidad para contigo. Después, expresa esto mismo a los demás a tu alrededor.
         Y para aquellos que aún tienen a su madre en vida, el ejemplo de Ana que oró por su hijo, nos lleva a imitar su actitud para orar por nuestras madres. 
         Nada es más práctico que la oración. El hablarle a DIOS de nuestra madre, ya sea privadamente o en su presencia, le recordará a élla que es importante y amada. 
El Día de la Madre no es la única fecha para demostrarle amor y gratitud;
hónrala todos los días del año.
OREMOS: Gracias Padre Celestial por la madre que me has dado.  Gracias porque a través de élla te hemos conocido, comprendido y has mostrado Tu amor.  Gracias Señor. En el nombre de Cristo, amén
(**) Lectura Bíblica: 1ª SAMUEL 1:2-20
Elcaná tenía dos esposas. Una de ellas se llamaba Ana, y la otra, Penina.  Ésta tenía hijos, pero Ana no tenía ninguno. 
Cada año Elcaná salía de su pueblo para adorar al Señor Todopoderoso y ofrecerle sacrificios en Siló, donde Ofni y Finés, los dos hijos de Elí, oficiaban como sacerdotes del Señor.
Cuando llegaba el día de ofrecer su sacrificio, Elcaná solía darles a Penina y a todos sus hijos e hijas la porción que les correspondía.  Pero a Ana le daba una porción especial, pues la amaba a pesar de que el Señor la había hecho estéril.
Penina, su rival, solía atormentarla para que se enojara, ya que el Señor la había hecho estéril.  Cada año, cuando iban a la casa del Señor, sucedía lo mismo: Penina la atormentaba, hasta que Ana se ponía a llorar y ni comer quería.
Entonces Elcaná, su esposo, le decía: «Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Por qué estás resentida? ¿Acaso no soy para ti mejor que diez hijos?»
Una vez, estando en Siló, Ana se levantó después de la comida. Y a la vista del sacerdote Elí, que estaba sentado en su silla junto a la puerta del santuario del Señor, con gran angustia comenzó a orar al Señor y a llorar desconsoladamente.
Entonces hizo este voto: «Señor Todopoderoso, si te dignas mirar la desdicha de esta sierva tuya y, si en vez de olvidarme, te acuerdas de mí y me concedes un hijo varón, yo te lo entregaré para toda su vida, y nunca se le cortará el cabello.»
Como Ana estuvo orando largo rato ante el Señor, Elí se fijó en su boca.  Sus labios se movían pero, debido a que Ana oraba en voz baja, no se podía oír su voz.  Elí pensó que estaba borracha, así que le dijo:-“¿Hasta cuándo te va a durar la borrachera? ¡Deja ya el vino!.”
-“No, mi señor; no he bebido ni vino ni cerveza. Soy sólo una mujer angustiada que ha venido a desahogarse delante del Señor.  No me tome usted por una mala mujer. He pasado este tiempo orando debido a mi angustia y aflicción.”-
“—Vete en paz —respondió Elí—. Que el DIOS de Israel te conceda lo que le has pedido.
—“Gracias. Ojalá favorezca usted siempre a esta sierva suya.”-  Con esto, Ana se despidió y se fue a comer. Desde ese momento, su semblante cambió.

Al día siguiente madrugaron y, después de adorar al Señor, volvieron a su casa en Ramá.  Luego Elcaná se unió a su esposa Ana, y el Señor se acordó de ella.  Ana concibió y, pasado un año, dio a luz un hijo y le puso por nombre Samuel, pues dijo: -“Al Señor se lo pedí.”- 

No hay comentarios.: