El Señor es mi pastor…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
FRENTE AL RECHAZO
JUAN 1:11-12 “A lo suyo vino, y los suyos no le
recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de DIOS”
Cuando sentimos el golpe de un
gran rechazo, como la traición de un amigo cercano, la herida causada por un
familiar o la infidelidad de una pareja, puede que nos preguntemos si alguna
vez volveremos a encontrar a alguien que nos ame. En nuestro intento de
encontrarle sentido a nuestro dolor, podemos ser tentados a responder al
rechazo en maneras destructivas:
• El desprecio a uno mismo,
significa que asumimos la total responsabilidad del fracaso de la relación. Nos
preguntamos: ¿qué pasa conmigo que hace que las personas me dejen? ¿Acaso hay
algo tan repulsivo en mí que nadie me puede amar?
• El desprecio a los demás, hace a
los demás totalmente responsables del desmoronamiento de la relación. Los vemos
como malos. Los descartamos con la oración: «Todo es culpa suya.»
• El desprecio a DIOS, lo culpa de
nuestro dolor. Razonamos que si ÉL tiene el control de nuestra vida y nos ama,
entonces debió habernos protegido de esa experiencia desgarradora.
Al principio, el desprecio a
nosotros mismos, a los demás y a DIOS parece funcionar bien. Creemos que nos
ayuda a mantener una fachada de que tenemos todo bajo control porque hemos
«explicado» la razón del dolor. Pero la respuesta no debe ser ninguna forma de
desprecio. Más bien necesitamos acercarnos a DIOS, pues «cercano está el SEÑOR a los quebrantados de
corazón, y salva a los abatidos de espíritu» (Salmo 34:18).
Sólo entonces comenzaremos a pasar
por el proceso de lamentar una pérdida, porque nos hace quebrantarnos delante
de DIOS, llorar a gritos, y esto nos abre a Su proceso sanador. Puede que no te
sientas motivado a hacerlo así al principio, pero la sanidad comienza cuando
enfrentamos la tristeza y la decepción.
Nuestro Señor y Salvador
Jesucristo, es un ejemplo de rechazo; la mayoría de escribas, de fariseos o de
autoridades de aquel tiempo lo rechazaban y no aceptaban que ÉL fuera el
Cristo. Aun fue rechazado por los suyos, por sus amigos, pero Jesucristo lejos
de desanimarse por el rechazo que recibía, cumplió a cabalidad el mandato de Su
Padre Celestial.
Definitivamente DIOS no te ha
llamado a sentirte rechazado por aquellos que te han traicionado, al contrario DIOS
quiere hacerte libre de ese sentimiento negativo que puede estar causando daño
a tu vida. El puede actuar de diferentes formas y solucionarlo, pero lo primero
que DIOS quiere que tú recuerdes es que tú eres importante para ÉL (“No me
escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den
fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi
nombre.” Juan 15:16).
Cuando tú reconoces ésto, te darás
cuenta de que no es poca cosa ser importante para DIOS, pues si Jesús dio Su
vida por ti, eso quiere decir que vales la sangre de Cristo y que DIOS jamás te
rechazará. Si tú no quieres aceptar esta verdad, difícilmente podrás salir de
ese hoyo llamado “rechazo”. DIOS te ama y vales la sangre de Su único Hijo; si
todos te rechazan, DIOS nunca lo hará, ¿Por qué no dejas que ÉL entre en tu corazón
y cambie tu sentimiento de rechazo en un gozo perpetuo?
Las respuestas destructivas al
dolor del rechazo pueden dejarnos desprovistos de todo gozo, paz y amor.
Responder al rechazo de una manera saludable lamentándonos y quebrantándonos
delante de DIOS puede fortalecer nuestro carácter, profundizar nuestra fe y
permitirle cambiar y sanar nuestro corazón. Podemos aprender a abrazar la
esperanzadora realidad de que DIOS nos oye y que finalmente nos librará del
rechazo desgarrador.
ORACIÓN:
Padre Celestial, gracias Te damos porque Tú no nos
desamparas y estás permanentemente a mi lado. Gracias Señor por las muestras de
Tu amor… En el nombre de Cristo, amén.
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