El Señor es mi pastor…
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Bendiciones,
Enio
Meditación
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ISAÍAS 30:9 “Porque
éste es un pueblo rebelde; son hijos engañosos, hijos que no quieren escucharla
enseñanza del SEÑOR.”
Nuestro sentido del oído es verdaderamente sorprendente. Una membrana
o tímpano que captura las vibraciones, tres huesecillos que transmiten el
movimiento de la membrana y una estructura enrollada en forma espiral llamada
cóclea o caracol.
De la cóclea parten los nervios que llevan las señales al cerebro para
convertirlas en lo que percibimos como sonidos. La membrana, los huesecillos y
el caracol reciben los sonidos sin discriminar su tono, intensidad o
procedencia. Es nuestro cerebro el que se encarga de separar selectivamente a
cuáles sonidos, interpretados según el lenguaje que conocemos y utilizamos para
comunicarnos, les prestaremos atención y cuáles otros serán ignorados por
completo.
Es decir, nuestra capacidad para recibir mensajes cuenta con un
mecanismo para aceptar o ignorar lo que escuchamos, de tal manera que oímos y
prestamos atención solamente a lo que queremos escuchar.
La palabra de DIOS ha sido predicada por todas partes y
constantemente. Aún así muchos, incluso algunos hijos de DIOS, se niegan a
escuchar el mensaje que DIOS tiene para ellos. Ésto no es más que una muestra
clara de rebeldía, testarudez y desobediencia.
Miremos el ejemplo que utilizó el Señor Jesucristo para enseñar sobre
la actitud que debemos mantener con relación a la Palabra de DIOS: “El que entra por la puerta es el pastor de las
ovejas. El portero le abre la puerta, y las ovejas oyen su voz. Llama por
nombre a las ovejas y las saca del redil. Cuando ya ha sacado a todas las que
son suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su
voz.”
Dice en Juan 10:27-28: "Mis
ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y
no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano." Qué maravillosa
seguridad y qué preciosas promesas para las ovejas del Buen Pastor! Para aquellos que buscan Su rostro en oración y
escudriñan Su Palabra día tras día, de modo que llegan a reconocer con
facilidad su voz y se dejan guiar por ÉL.
¿Te resulta difícil reconocer la voz del
Señor? Si es así, busca
una relación íntima con ÉL. Dedica tiempo a meditar en Su Palabra y a orar cada
día de tu vida. ¡No hay otra
manera! Verás como poco a poco tu oído
espiritual se irá afinando y te resultará fácil escuchar y reconocer la voz de
tu pastor. Cuando tú escuches
esa voz que habla a tu corazón, y obedezcas las instrucciones fielmente,
entonces recibirás todas las bendiciones que ÉL promete.
¿Qué voz estás siguiendo? La del Buen Pastor o la de los ladrones y
bandidos que quieren robarse las ovejas? Dedica toda tu atención a la Palabra
de DIOS. Sólo así podrás saber qué es lo que espera DIOS de ti. Sólo así
recibirás la dirección que tu vida necesita para vivir en paz y con alegría.
¡Sólo a DIOS sea la gloria!
ORACIÓN: Mi Padre Amado, te doy gracias por Jesucristo, tu Hijo, quien a través de Su muerte y resurrección se convirtió en el Gran Pastor de ovejas. Yo anhelo ser una oveja que reconozca Su voz por encima de todas las demás voces de este mundo, y quiero seguirle adonde quiera que ÉL me guíe. Afina mi oído, Señor, y dame la fuerza y el poder de tu Espíritu no sólo para escuchar sino también para obedecer la voz de mi Pastor. En el nombre de Jesús, amén.
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