jueves, febrero 20, 2014

LA ANSIEDAD

Paz y seguridad.
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Bendiciones,
Enio

Meditación Diaria
LA ANSIEDAD
PROVERBIOS 1:33 «Pero el que me obedezca vivirá tranquilo, sosegado y sin temor del mal.»
Las experiencias afectan la manera como las personas piensan de sí mismas, y lo que eligen creer. A veces, las experiencias negativas crean un patrón de pensamiento perjudicial que se repite constantemente en la mente de una persona, generando ansiedad en el corazón. Detenerla definitivamente requiere fe en el Señor.
Por ejemplo, supongamos que los esfuerzos de una niña por hacer bien las cosas fueron a menudo rechazados por sus padres. Élla les escuchaba decir: "No lo hiciste bien", o "Tu hermana lo hacía mucho mejor a tu edad"… La niña rara vez recibía elogios por un trabajo bien hecho. Ahora, siendo adulta, se niega a solicitar un ascenso en su empleo, a pesar de que su jefe la anima a que lo haga. ¿Por qué razón? Porque teme que la consideren incompetente. Es posible que no diga que lo hace por temor, pero es eso lo que la frena sin duda.
Hay varias otras raíces potenciales para la ansiedad. Entre las más comunes:
Ø  La creencia de no poder alcanzar el nivel establecido.
Ø  Sentimientos de culpa por pecados del pasado.
Ø  Creer erróneamente que DIOS es vengativo y no nos ha perdonado.
Ø  Actitudes inculcadas en la infancia.
Aunque una o más de éstas te suenen familiares, no te desesperes, pues estas raíces pueden ser eliminadas.
Cuando sientas ansiedad, pregúntate cuál fue la causa del malestar. Saber qué cosas alimentan tu temor, puede mostrarte la causa que lo ocasionó. Permite que DIOS te ayude a rechazar la actitud mental perjudicial, y sustitúyala por la seguridad de quienes escuchan al Señor, viven sin temor al mal.
Cada vez que sientas temor o la ansiedad te ataque, lee esta promesa que el Señor tu DIOS hoy te da: Pero ahora, Israel, pueblo de Jacob, el Señor que te creó te dice: «No temas, que yo te he libertado; yo te llamé por tu nombre, tú eres mío. 2 Si tienes que pasar por el agua, yo estaré contigo, si tienes que cruzar ríos, no te ahogarás; si tienes que pasar por el fuego, no te quemarás, las llamas no arderán en ti. 3 Pues yo soy tu Señor, tu salvador, el Dios Santo de Israel…" (Isaías 43:1-3).
Las palabras del Señor son como una medicina para nuestra mente, sus frases llenas de sabiduría son capaces de darnos tranquilidad, de proporcionarnos descanso y trasmitirnos un mensaje lleno de esperanza y una respuesta real y concreta a nuestra ansiedad. Que Dios te bendiga.

ORACIÓN: Gracias Padre Celestial porque en Ti encuentro esa seguridad y paz que sólo Tú puedes dar. Gracias Señor porque en Tu Palabra encuentro y conozco cuán grande es Tu amor hacia mí y mis seres queridos. Gracias Señor por todo éllo. Por Cristo Jesús, amén.

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