viernes, febrero 07, 2014

ECLIPSE ESPIRITUAL

Vivir en la Luz…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria  
ECLIPSE ESPIRITUAL
1a JUAN 1:5-7 Éste es el mensaje que Jesucristo nos enseñó y que les anunciamos a ustedes: que Dios es luz y que en él no hay ninguna oscuridad. Si decimos que estamos unidos a él, y al mismo tiempo vivimos en la oscuridad, mentimos y no practicamos la verdad. Pero si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces hay unión entre nosotros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.
Cuando todo va bien en nuestra vida, en casa y en el trabajo, salud, la billetera llena y un buen el saldo bancario, necesitamos tener cuidado para que esta llenura nos lleve a olvidarnos del Señor y sufrir un eclipse espiritual.
Con mucha facilidad la influencia que el mundo ejerce, se coloca entre nosotros y nuestro DIOS. Sucede cuando experimentamos una gran prosperidad y nuestro corazón se llena de tranquilidad y no enfrentamos dudas, ni miedo o tentaciones y la paz parece reinar plenamente en nuestros días, pero es cuando estamos más expuestos a olvidarnos del Señor y a la acción del mal el cual se interpone entre DIOS y nosotros, trayendo la oscuridad y la pérdida de la felicidad.
Cuando nos acercamos al altar de DIOS y buscamos Su dirección para todo lo que hacemos, recibiremos Su luz y nuestra vida glorificará Su nombre. Cuando nos distraemos con las cosas del mundo y éstas toman prioridad en nuestras vidas, perdemos el contacto diario con nuestro Señor y Salvador y corremos el riesgo de alejarnos de Su presencia y tener cosas extrañas entre nosotros y Él.
Al estar llenos de vanidad y orgullo nos exponemos a un peligro muy grande para nuestras vidas espirituales; ofrecemos la oportunidad para el mal y podemos ser eclipsados, y cuando ésto acontece, perdemos el poder disfrutar del gozo y las bendiciones del Señor que nos alumbran y nos hacen alumbrar el mundo.
Si queremos vivir a satisfacción plena, que sea de amor y fe, de esperanza y misericordia. Si hemos de ser cubiertos, que sea de la gloria resplandeciente de nuestro Señor Jesucristo.

ORACIÓN: Padre Celestial perdóname si algunas veces por la rutina diaria me olvido de darte gracias por todas las bendiciones que me das. Perdóname Señor. Te agradezco por el nuevo día que me das, gracias por la salud que me prestas y por la de mis familiares. Gracias por mis estudios, el trabajo, mis amigos. Señor gracias por las muestras de Tu amor. Se Tú con nosotros y bendícenos. En el nombre de Cristo, amén.

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