El
secreto.
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Bendiciones,
Enio.
Meditación Diaria
CONTANDO
NUESTROS DÍAS
Nuestro Pan Diario
SALMOS
90:12 “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al
corazón sabiduría”.
Vivimos en una sociedad invadida de
señales de advertencia. Todo lo que se vende y/o consume debe contar con 'las
advertencias'.
Hay muchos ejemplos, desde los
descargos de responsabilidades en las píldoras; las fechas de vencimiento en los
sobres de sopa y en otros alimentos, hasta los indicadores de peligro en las sierras
eléctricas, etc., etc. Estas etiquetas procuran evitar peligros latentes.
Hace poco, recibí una caja con un
precioso regalo. El envoltorio tenía una enorme etiqueta adhesiva roja que
decía: FRÁGIL, MANEJAR CON CUIDADO.
Cuando pienso en la fragilidad de
la vida, me pregunto si no deberíamos colocarnos todos uno de esos adhesivos
colorados.
No es buena idea andar por la vida
pensando que somos invencibles, para después descubrir que somos mucho más
frágiles de lo que pensábamos.
Sólo hace falta una llamada del
médico diciendo que tenemos una enfermedad casi mortal, el viraje brusco de un
conductor descuidado delante de nosotros o el fallecimiento repentino de un ser
querido para que recordemos que la vida es sumamente incierta. ¡No hay garantía de nada! Nadie puede estar
seguro de que seguirá respirando.
Por éso, el salmista da un consejo
importante… una etiqueta de advertencia, por así decirlo: «Enséñanos de tal modo a contar nuestros días,
que traigamos al corazón sabiduría».
No debemos pasar nuestros días
desapercibidos. Cada día que se inicia es una nueva oportunidad que hay que
disfrutar porque es DIOS quien nos lo regala.
Cualquiera que sea la etapa de la
vida —niñez, juventud, adultez o vejez—, la vida siempre nos brinda
oportunidades de crecer en fe y sabiduría.
Contar nuestros días es la reacción
apropiada ante el avance inevitable de la vida.
El secreto no reside en tener
muchos años. El secreto está en cómo se
viven esos años que DIOS le regala a uno; lo que hacemos con esa vida que DIOS
nos obsequia, las huellas que se dejan en los corazones de los demás, el
trabajo que realizamos a favor de un mundo mejor.
Decidamos vivir cada día como si
fuera nuestro último instante en este mundo, amando más intensamente, con mayor
disposición a perdonar, dando más generosamente, hablando a otros con más amor
y agradando a DIOS en todos nuestros actos.
El ayer pasó; el mañana es
incierto; el hoy está aquí ahora, usémoslo sabiamente.
Oremos: Señor, a través del tiempo
he aprendido que Tú deseas que yo disfrute de cada instante que me has regalado
y permitido respirar. A veces hay días que los siento como un desafío, días en
los que pienso que sería mejor si no existieran. Pero luego viene a mi mente Tu
cálido y sabio consejo y recuerdo que Tú has de ayudarme a vivir un día a la
vez. Por eso hago mías las palabras del salmista, ayúdame y enséñame a vivir
mis días de tal modo que cada día traiga a mi corazón sabiduría, de modo que
cuando llegue el momento de partir pueda mi vida haber dado gloria a tu Nombre.
En Cristo Jesús, Amen
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