jueves, febrero 19, 2009

EL CRISTIANO Y LA PEREZA...

El cristiano y la pereza...
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Bendiciones,
Enio


Meditación Diaria
por RITCHIE PUGLIESE

PEREZA
PROVERBIOS 24:10 Si fueres flojo en el día de trabajo, tu fuerza será reducida.


La pereza es una actitud natural del ser humano, especialmente cuando el cuerpo se encuentra fatigado, cansado y uno se siente obligado a cumplir o debe hacer algo. Es normal tener pereza en un día de descanso donde sólo nos dedicamos a reposar, pero no lo es en medio de una jornada laboral intensa. A ninguna empresa laboral le interesa tener en su plantel a un trabajador perezoso.


El perezoso es aquél que sólo le interesa cobrar su dinero, pero hace su trabajo sin ganas y a un ritmo lento. Algunos se quedan despiertos hasta altas horas de la noche, saliendo o haciendo otras cosas, y luego al otro día no tienen fuerzas para ir a trabajar.


Muchos ven al trabajo como un castigo cuando en realidad es una bendición. Allí es donde aprendemos a cumplir órdenes, realizar tareas, cumplir metas y eliminar la pereza. Los flojos nunca son promovidos a mejores puestos, pues esa actitud siempre los desacreditará.


Como cristianos debemos aprender a controlar la pereza cuando llegue y nos encontremos en nuestro lugar de trabajo. Cuando ésta llegue, haga un alto por unos minutos, vaya al baño a lavarse la cara para refrescarse y volver a cumplir con sus obligaciones. No es de buen testimonio que un cristiano sea perezoso en su trabajo. El Espíritu Santo nos hace capaces y efectivos, nunca perezosos o negligentes.


Si en este tiempo estás atravesando un tiempo de pereza, ora al Señor, ajusta tus horarios, duerme lo suficiente y toma vitaminas energizantes a fin de que tu vida laboral sea de buen testimonio para la causa de Cristo. ¿Eres conocido como un perezoso o un buen trabajador?


CONFESION DE FE: DESECHO LA PEREZA, EN EL NOMBRE DEL SEÑOR.


ORACION:

Me doy cuenta Señor, que mis horarios y que mi dieta están colaborando para que mi pereza se acreciente cada día en mi trabajo. Dame sabiduría y entendimiento para hacer los ajustes necesarios y volver a ser lo que era antes: un trabajador diligente. En El Nombre de Tu Hijo Amado, Jesucristo nuestro Señor, amén.

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