martes, febrero 07, 2006

NUESTRO DIARIO ENCUENTRO CON DIOS

Nuestro diario encuentro con Dios.
Bendiciones,
Enio

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Charles F. Stanley

La meditación bíblica
Josué 1:1-9
1Después que murió Moisés, el siervo del Señor, habló el Señor con Josué, hijo de Nun y ayudante de Moisés, y le dijo:
2“Como mi siervo Moisés ha muerto, ahora eres tú quien debe cruzar el río Jordán con todo el pueblo de Israel, para ir a la tierra que voy a darles a ustedes. 3Tal como se lo prometí a Moisés, yo les daré toda la tierra en donde ustedes pongan el pie. 4Les daré el territorio que va desde el desierto y la sierra del Líbano hasta el gran río Éufrates, con todo el territorio de los hititas, y hasta el mar Mediterráneo. 5Nadie te podrá derrotar en toda tu vida, y yo estaré contigo así como estuve con Moisés, sin dejarte ni abandonarte jamás. 6Ten valor y firmeza, que tú vas a repartir la tierra a este pueblo, pues es la herencia que yo prometí a sus antepasados. 7Lo único que te pido es que tengas mucho valor y firmeza, y que cumplas toda la ley que mi siervo Moisés te dio. Cúmplela al pie de la letra para que te vaya bien en todo lo que hagas. 8Repite siempre lo que dice el libro de la ley de Dios, y medita en él de día y de noche, para que hagas siempre lo que éste ordena. Así todo lo que hagas te saldrá bien. 9Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que vayas.” (Dios Habla Hoy)
Los primeros versículos del libro de Josué son las instrucciones de Dios al nuevo líder israelita. El Señor no habla de formar un comité para decidir qué debía ocurrir después. Más bien, Dios asegura que Él estará con Josué, así como estuvo con su predecesor Moisés. Luego le dio instrucciones acerca de cómo escuchar Su voz de liderazgo: 7 Lo único que te pido es que tengas mucho valor y firmeza, y que cumplas toda la ley que mi siervo Moisés te dio. Cúmplela al pie de la letra para que te vaya bien en todo lo que hagas. 8Repite siempre lo que dice el libro de la ley de Dios, y medita en él de día y de noche, para que hagas siempre lo que este ordena. Así todo lo que hagas te saldrá bien. (Josué 1:7, 8).
Un tiempo privado de meditación con la Biblia es una prioridad absoluta. Ese tiempo invertido con el Señor es el secreto de nuestra vida cristiana victoriosa. Cuando reflexionamos en Dios, asimilamos las verdades de la Biblia y podemos conocerlo mejor. En la oración, debemos estar quietos y escuchar Su voz. Es esencial que apartemos tiempo para estar a solas con Dios.
No podemos apresurarnos en la meditación. Si estamos enamorados de alguien, queremos pasar tiempo con esa persona. El primer amor del cristiano tiene que ser Dios. Asimilamos las Escrituras para provecho de nuestra alma, para conocer íntimamente al Dios que adoramos. Requiere concentración, quietud y tiempo. También exige un esfuerzo consciente.
El Señor nos ofrece un maravilloso fragmento de sabiduría en el pasaje de hoy: meditar de día y de noche. Debemos comenzar nuestro día con Él, y asimismo terminarlo con Él. Si tenemos el hábito de encontrarnos con el Señor en privado, Él nos revelará Su corazón cuando necesitemos saber de Él.

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