Ama a tu prójimo como a ti mismo.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
UNA IGLESIA COMPASIVA
LUCAS 10:27 "27 Aquél, respondiendo, dijo: —Amarás al Señor tu Dios con todo
tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu
prójimo como a ti mismo."
¿Entiendes
tú, que los creyentes no deben mirar más allá del cuerpo de Cristo para
encontrar respuestas a sus necesidades? Fuímos hechos para ser un cuerpo que se
vale por sí mismo.
Después
de varias décadas en el ministerio, he encontrado sólo una manera para que la
iglesia funcione como debe: los creyentes deben
comprometerse a ser de bendición para los demás.
Por
ejemplo, un hombre decide orar y luchar al lado de un hermano que sufre, hasta
que la gravosa situación se resuelva. O una mujer se ofrece a responder las
preguntas que tiene una creyente nueva sobre el mensaje del Domingo. Hay muchas
otras formas de servir a otros, puede ser transportando a una persona anciana a
la iglesia, enseñando una clase de la Escuela Dominical, o visitando a una
agotada madre soltera para escuchar sus preocupaciones, etc., etc.
Antes
de que las necesidades que hay en tu iglesia te agobien, permítame recordarte que
el
amor a los hermanos es un esfuerzo de toda la iglesia. Una sola persona
no puede satisfacer todas las necesidades.
Así
que, si tú te comprometes a servir a un pequeño grupo de personas que DIOS ha
traído a tu vida, y renuncias a tus preferencias personales en cuanto a tiempo
y recursos, el Señor te bendecirá con más gozo y más contentamiento de los que tú
jamás haya conocido.
Servir
a los demás antes de servirse a uno mismo es practicar el cristianismo
auténtico. Estoy seguro de que si nos comprometemos a dar respuesta a las
necesidades que el Señor nos presente, nuestras iglesias serán transformadas en
un verdadero cuerpo de creyentes que funcionan juntos para la gloria de DIOS.
ORACIÓN:
Gracias Padre Celestial por las oportunidades que nos presentas para servirte
dentro de mi comunidad religiosa e independientemente. Ayúdame a cumplir
fielmente Tu voluntad. Que Tu Espíritu Santo me guíe para que todo lo que haga
sea de Tu agrado. En el nombre de Cristo, amén.
El buen samaritano
25 Un intérprete de la Ley se levantó y dijo, para
probarlo: —Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?
26 Él le dijo: —¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo
lees?
27 Aquél, respondiendo, dijo: —Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu
mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
28 Le dijo: —Bien has respondido; haz esto y vivirás.
29 Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a
Jesús: —¿Y quién es mi prójimo?
30 Respondiendo Jesús, dijo: —Un hombre que descendía
de Jerusalén a Jericó cayó en manos de ladrones, los cuales lo despojaron, lo
hirieron y se fueron dejándolo medio muerto. 31 Aconteció que
descendió un sacerdote por aquel camino, y al verlo pasó de largo. 32 Asimismo
un levita, llegando cerca de aquel lugar, al verlo pasó de largo. 33 Pero
un samaritano que iba de camino, vino cerca de él y, al verlo, fue movido a
misericordia. 34 Acercándose, vendó sus heridas echándoles
aceite y vino, lo puso en su cabalgadura, lo llevó al mesón y cuidó de él. 35 Otro
día, al partir, sacó dos denarios, los dio al mesonero y le dijo: “Cuídamelo, y
todo lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando regrese.” 36 ¿Quién,
pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los
ladrones?
37 Él dijo: —El que usó de misericordia con él.
Entonces Jesús le dijo: —Ve y haz tú lo mismo.
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
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