lunes, septiembre 05, 2016

ENFRENTANDO A NUESTROS LEONES

Que nuestro Buen Señor nos ayude a enfrentar esos “leones”.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
ENFRENTANDO A NUESTROS LEONES
Daniel 6:22a "Mi DIOS envió a su ángel para que cerrará las fauces de los leones y no me hicieran daño." 
Este conocido pasaje del libro de Daniel nos sitúa en un momento histórico en la vida del citado profeta en el que, habiendo amado más al DIOS Viviente que a la vida otorgada por ÉL, prefiere enfrentarse a las temibles fauces de los leones, confiado en el DIOS Fiel de sus antepasados, el DIOS que abrió el Mar Rojo, el DIOS de la Alianza, el de las promesas cumplidas.
No fue fácil para Daniel enfrentarse a la muerte. Sin duda alguna, no era un superhombre con poderes especiales para domar a los leones o con trucos sobrenaturales que hicieran desaparecer a los felinos. Daniel era, más que nada, un hombre de fe cuya fortaleza provenía de la confianza en el poderoso DIOS de Israel.
El miedo a perder la vida nos puede llegar a dominar de tal manera, que en algunas ocasiones podríamos claudicar, olvidando nuestros principios, nuestros valores, e incluso nuestra fe, tesoro más preciado aún más que la vida misma. Ante el dilema de elegir entre la vida terrenal y la vida que proviene de la fe en Jesús, la alternativa es una sóla. Es el mismo Jesucristo quien nos interpela para saber elegir: "Porque ¿de qué le sirve a uno ganarse todo el mundo, si pierde su alma? ¿O qué puede dar uno a cambio de su alma?".  
Daniel, confiado en DIOS, supo elegir. Y su elección no sólo garantizó su vida terrenal, sino que le ganó el respeto del Rey Darío y la posibilidad de que todo un imperio reconociera y adorara a su DIOS: "Porque ÉL es el DIOS viviente; ÉL permanece por todos los siglos, y Su reino no será jamás destruido. ¡Su dominio perdurará hasta el fin! ÉL salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; ÉL ha librado a Daniel del poder de los leones.” (Daniel 7:26-27)
Que nuestro Buen Señor nos ayude a enfrentar esos “leones” que se nos presentan en nuestras vidas estando seguros que ÉL, en Su gran amor, siempre nos protegerá. Fortalecidos con el gran poder de DIOS podremos salir adelante victoriosos en todo momento y en todo lugar. ¡Sólo a DIOS sea la gloria! 

ORACIÓN: Padre Celestial. Quisiera tener la fe de Daniel, para poder enfrentar a mis ‘leones’. Ayúdame Señor. Te lo pido en el nombre de Cristo, amén.

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