martes, septiembre 01, 2015

SUPEREMOS NUESTROS TEMORES

En ÉL espera… y que ÉL haga Su voluntad.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
SUPEREMOS NUESTROS TEMORES
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LUCAS 1: 74,75 "…que, librados de nuestros enemigos, sin temor lo serviríamos en santidad y en justicia delante de él todos nuestros días."
La Biblia hace distinción entre dos clases de temores: el saludable y el enfermizo. Por ejemplo, un temor saludable nos evita tocar una estufa caliente o caminar sobre hielo quebradizo. También nos impulsa a tener temor sano de DIOS. Esto incluye una abrumadora sensación de temor reverente por ser ÉL quién es —es decir—, el Juez y el Rey soberano. También implica un estilo de vida de obediencia respetuosa que Le honre.
El temor enfermizo nos hace sentir tensos, incómodos o amenazados. Su origen puede ser una experiencia en la niñez, o las palabras negativas reiteradas de una figura de autoridad. Este temor echa raíces en nuestro pensamiento y matiza nuestra toma de decisiones. Aún cuando ya no exista ninguna razón para sentirlo, puede seguir inhibiéndonos.
La imaginación es también una fuente de temor. Podemos ser atrapados por la mentalidad del “¿y sí . . . ?”: ¿Y si algo sale mal? ¿Y si el resultado que espero no se da?”
Esta clase de agitación mental puede bloquear lo mejor que DIOS tiene para nuestra vida. Sus propósitos exigen a menudo que dejemos atrás aquello que nos hace sentir muy cómodos. Aprender nuevas habilidades, cambiar de trabajo, o ensayar una manera diferente de ministrar a otros, pudieran ser parte de lo que ÉL espera. Estos retos presentan la oportunidad para confiar en el Señor y obedecerle.
El temor no proviene de DIOS. "porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio." (2a Timoteo 1:7).
Permite que el Espíritu Santo te lleve de la intranquilidad a la libertad que tenemos en Cristo. Allí descubrirás la habilidad de obedecer Su plan sin preocupación.
ORACIÓN: Señor mi DIOS. Gracias por el nuevo día que me das, por lo maravillosa que es la naturaleza y porque me permites vivir un día más bajo Tu misericordia. Me acerco nuevamente a Ti para que me ayudes a superar mis "temores enfermizos" los cuales dejo bajo Tus manos Señor. Sé que me vas a ayudar y confío en Ti Señor. En el nombre de Cristo, amén.



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