lunes, marzo 23, 2009

DIOS MIO, AYUDAME A CUIDAR MI MENTE


Dios mío, ayúdame a cuidar mi mente...
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Bendiciones,
Enio

Meditación Diaria
por Richard M. Publiese

PENSAMIENTOS

PROVERBIOS 23: “No te sientes a la mesa de un tacaño, ni codicies sus deliciosos manjares, que son como un pelo en la garganta: él te invita a comer y beber, pero no lo dice en serio”.

La manera de pensar de una persona define su éxito o fracaso en la vida, que viva en plenitud o en la desdicha. Alguien ha dicho con razón que la mente se puede transformar en un recipiente de basura, donde el diablo deposite sus mentiras para que las creamos o en un recipiente donde las palabras benditas de Dios renueven nuestra mente.

El pasaje de hoy nos dice que debemos cuidar nuestra mente para que alojemos sólo los pensamientos de fe de nuestro Dios. Los pensamientos de Dios están recopilados en Su Palabra, la Biblia. En la medida que nosotros leamos, meditamos y estudiamos la Biblia, conoceremos las preciosas y grandísimos promesas que El nos ha dado para utilizarlas en la vida cotidiana. Esas promesas son para que las tengamos presentes en nuestra mente, en nuestro corazón, y ellas sean nuestra forma de pensar.

Por eso, cuando arrecia la enfermedad podemos pensar que a nuestro lado tenemos al Gran Sanador; cuando arrecia la escasez podemos pensar que tenemos la poderosa ayuda del Gran Proveedor; cuando arrecia la soledad podemos pensar que Dios es nuestro Pastor y que bajo su cuidado y protección nada malo me sucederá, y así sucesivamente con todas las demás promesas seguras y reales que El nos ha dado.

No te dejes atormentar con las mentiras que el diablo ha sembrado en tu mente. Decide en este momento a extirpar esos pensamientos y coloca en su lugar la promesa adecuada de Dios. ¡Tu vida será transformada y experimentarás la verdadera paz que sólo Dios te puede dar!

CONFESION DE FE: TENGO VERDADERA PAZ INTERIOR GRACIAS AL SEÑOR JESUCRISTO

ORACION:
Padre Celestial, dame la fuerza de tu Espíritu Santo, para poder leer Tu Palabra, la Biblia y nutrirme de las promesas que has hecho y así rechazar todo pensamiento mentiroso del enemigo y pensar solamente en Tus gloriosas promesas bendecidas. ¡Gracias Señor! En el Nombre de Cristo Jesús. Amén.


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