Todo, son bendiciones que el Señor nos da.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
REFLEXIONES – UNA FLOR
Renuevo
de Plenitud
Lucas 10:41-42 “Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con
muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena
parte, la cual no le será quitada.”
Había una joven muy rica, que tenía
todo: un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo donde le pagaban muy
bien, una familia unida.
Lo extraño es que élla no conseguía
conciliar todo eso, el trabajo y los que haceres le ocupaban todo su tiempo y
su vida estaba mal en algunas áreas. Si el trabajo consumía mucho tiempo,
abandonaba a sus hijos, si surgía algún problema, élla dejaba de lado a su
marido… Y así, las personas que élla amaba eran siempre dejadas para después.
Hasta que un día, su padre, un hombre
muy sabio, le dio un regalo: una flor muy cara y rarísima, de la cual había
apenas un ejemplar en todo el mundo. Y le dijo:“Hija, esta flor te ayudará mucho más
de lo que tú te imaginas! Únicamente necesitas regarla y podarla de vez en
cuando, ocasionalmente conversar un poco con élla, y élla te dará a cambio ese
perfume maravilloso y las más lindas flores.”
La joven la recibió emocionada, pues
la flor era de una belleza sin igual. Más el tiempo fue pasando, los problemas
surgían, el trabajo consumía todo su tiempo, y su vida, que continuaba confusa,
no le permitia cuidar de la flor.
Élla llegaba a casa, miraba la flor y
aún estaba ahí, no mostraba ningún signo de debilidad o muerte, siempre, linda,
perfumada. Entonces élla pasaba sin prestarle más atención.
Hasta que un día, sin más, la flor
murió. Élla llegó a casa y ¡se llevó un susto! Estaba completamente muerta, sus
raíces estaban resecas, sus flores caídas y sus hojas amarillas. La Joven se echó
a llorar y le contó a su padre lo que había acontecido.
Su padre entonces respondió: “Imaginé
que éso ocurriría ,y no puedo darte otra flor, porque no existe otra igual a élla,
era única, así como tus hijos, tu marido, tus amigos y toda tu familia.
Todos son bendiciones que el Señor te
dio, pero debes aprender a regarlos, podarlos y dar atención a éllos, pues así
como la flor, los sentimientos también mueren. Tú te acostumbraste a ver la
flor viva, siempre florida, siempre perfumada, y te olvidaste de cuidarla. ¡Cuida
a las personas que amas!”
¿Y tú?… ¿Cuidas de las bendiciones
que DIOS te ha dado?
Protege esas flores, pues forman
parte de las bendiciones del Señor: ÉL nos las dá, mas nosotros somos lo que
debemos cuidar de éllas.
ORACIÓN:
Padre Celestial. Creador de todo lo que existe. Tú eres dueño de todo: la vida,
la salud, la familia, nuestros padres y herman@s, el trabajo, las comodidades,
etc., etc. Y todas estas bendiciones y muchas más Tú no las das para que
nosotros las cuidemos y administremos bien. Ayúdame Señor a ser un buen
administrador, a cuidarlas bien y hacer todo lo que te agrada. Te lo pido en el
nombre de Cristo, amén.
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