JESÚS, nuestro mediador.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
MESA DE NEGOCIACIÓN
EFESIOS 2:16 "Para reconciliar
con DIOS a los dos en un solo cuerpo mediante la cruz, sobre la cual puso fin a
las enemistades."
Reunidos frente a frente en la mesa de negociación, los
enemigos esperan la llegada de un mediador. Necesitan a uno que quite los conflictos y
resuelva las divisiones que han crecido durante mucho tiempo. En esa mesa se
negocia el futuro de muchos, pero el mediador sabe lo que debe hacer y no tiene
miedo de exponer todos los argumentos que llevaron a que la situación se
volviera insostenible.
El mediador propone una solución: la reconciliación. Pero, ¿cómo
lograrla? ¿Quién va a ceder? ¿Quién va a dar el primer paso para reconciliarse?
Aquí vemos cómo viven los seres humanos: enfrentados, en conflicto, peleados,
despreciándose mutuamente y llenos de preguntas sin respuesta, porque no saben
ni pueden encontrar una solución.
La buena noticia es que a este mundo ya vino un mediador llamado Jesús. ÉL
es quien propone el camino de la reconciliación. Pero no
lo propone diciendo qué debemos hacer, sino que ÉL mismo lo hace. La reconciliación Le pertenece, es Su obra
suprema. En Jesús caen los muros de separación, se superan las divisiones y, lo
que parecía irremediablemente condenado a la oposición y discriminación, ahora
puede cambiar en una nueva realidad que ÉL mismo inaugura.
La mesa de negociación de Jesús es única, porque tiene forma de cruz. Sobre élla ÉL expone los
argumentos de la reconciliación: Su santa y preciosa sangre derramada por toda
la humanidad. La cruz del Salvador carga todo el odio, desprecio, maltrato,
descuido y enfrentamientos posibles para que, al tomarlos Jesús sobre sí mismo,
pueda ofrecernos Su Perdón, Salvación, Paz, y el increíble regalo de la Vida
Eterna.
Ahora Jesús reúne a Su alrededor a todos los que creen,
confían y esperan reconciliados el cumplimiento de Sus promesas eternas. Los
hijos de DIOS reconciliados y unidos como un solo cuerpo es la Iglesia que debe
hablar y vivir de acuerdo a lo que recibe y disfruta del Señor Jesús.
ORACIÓN:
Gracias Padre Celestial porque Tu diste a tu Hijo Unigénito para que fuese
crucificado, muerto, sepultado y que resucitó al tercer día venciendo a la
muerte que el es pecado. Gracias mi Dios porque Tú nos perdonas nuestros
pecados. Tu paz nos inunda. Nos das la Salvación y la Vida Eterna. Gracias por
las muestras de Tu amor. En el nombre de Cristo, amén.
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