Cuída tu alma.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
A LA VENTA : UN ALMA
MATEO 16: 26 “
¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? “
Uno
pensaría que vender su alma, tal y como Fausto le ofreció la suya al diablo en
la obra 'Fausto' de Goethe, es sólo un fragmento de ficción literaria. Sin
embargo, con todo lo medieval que parezca, se han dado varios casos de ventas
de almas.
La
revista Wired informó que un profesor universitario de 29 años logró vender su
alma inmortal por varios miles de dólares. Dijo: «En los Estados Unidos, uno
puede vender su alma, tanto metafórica como literalmente, y recibir una
recompensa por ello».
La
pregunta ahora es ¿cómo pretende el comprador recoger su adquisición?
No
podemos vender nuestra alma literalmente, pero podemos perderla por ganar otra
cosa.
Meditemos
en la pregunta de Jesús: «¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?». Nuestras respuestas hoy sólo serían diferentes
de las que se hubieran dado en los días de Jesús en cuanto a aspectos
específicos: el mundo, la carne y el diablo.
Los
deseos que nos cautivan y el hambre desenfrenado de placer, de éxito, de poder,
de venganza o cosas materiales, ciertamente han asumido muchísima mayor
importancia para muchas personas que cualquier deseo y consideración de la
eternidad.
Si
los placeres de este mundo te impiden confiar en Jesucristo, por favor,
reconsidéralo. No valen el costo de tu
alma eterna.
Nada
en la tierra se compara a los regalos de DIOS: el amor y el perdón que El nos da.
—DCE
ORACIÓN:
Perdóname Señor si mi alma está más preocupada en las cosas que me
separan de Tí, como el placer, el éxito, el poder, la venganza y tantas cosas
materiales que quiero alcanzar, no importa la forma y los medios, en lugar de
tenerte a Tí, o Padre Celestial que das amor y paz a los que Te buscan. Ayúdame a buscarte a Ti primero y a ser
agradecido por las muestras de Tu amor.
Gracias Señor, por Cristo Jesús, amén.
Lectura
Bíblica: Mateo 16:24-28
24Luego
dijo Jesús a sus discípulos: —Si alguien
quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y
seguirme.25 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el
que pierda su vida por mi causa, la encontrará.26 ¿De qué sirve
ganar el mundo entero si se pierde la vida? ¿O qué se puede dar a cambio de la
vida?27 Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su
Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada persona según lo que haya
hecho.28 Les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán
la muerte sin antes haber visto al Hijo del hombre llegar en su reino.
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