domingo, noviembre 25, 2007

CÓMO DIOS NOS HABLA...


Cómo Dios nos habla ....
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Bendiciones,
Enio

Meditación Diaria
por RICARDO M. PUGLIESE

REPRENSION
PROVERBIOS 1:23 “Volveos a mi reprensión; he aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros, y os haré saber mis palabras.” (Reina y Valera)
"Presten atención a mis correcciones y yo los colmaré de mi espíritu; les daré a conocer mis pensambientos." (Dios Habla Hoy)

A todos nos gusta ser alabados, reconocidos, pero cuán difícil y vergonzoso es ser reprendidos. Cuando éramos niños nos enseñaron que era necesario ser reprendidos, pero ahora de grandes nos gusta reprender a otros y no aceptamos que lo hagan con nosotros. Cuando alguien es reprendido significa que ha hecho algo malo e incorrecto. Es por eso que necesita una severa palabra de corrección para corregir el rumbo tomado.

Si deseamos caminar con Dios y alcanzar santidad, debemos permitir al Señor que nos reprenda una y otra vez a fin de ser perfeccionados. Muchas veces las reprensiones de Dios vienen por medio de otros y al rechazarlas estamos rechazando al mismo Señor. Nuestras vidas no pueden ser llenas de la presencia de Dios a menos que primero aceptemos su reprensión. Dios no puede llenar con su presencia a alguien que está lleno de pecados. El Señor llena con su Espíritu Santo a los que vienen a El vacíos de todo pecado.

La última vez que fuiste reprendido en tu trabajo, por tu jefe, por tu amigo, o por un hermano de la iglesia, tú te enojaste con él. ¿Te has puesto a reflexionar en lo que le has dicho? ¿Pudiste oir a través de éllos la voz del Señor mostrándote algún error para corregir?. No deseches la reprensión del Señor para que tu vida no pierda la bendición de Dios.

CONFESION DE FE:
ACEPTO LA REPRENSION DEL SEÑOR AUNQUE NO ME GUSTE RECIBIRLA POR MEDIO DE OTROS

ORACION:
Señor, dame la suficiente humildad para recibir corrección de parte de otros. Quita de mí todo espíritu “perfeccionista” que me hace sentir como infalible. Dame la gracia de aceptar la reprensión y meditar en élla, a fin de hacer los cambios que sean necesarios. En el nombre de Jesús. Amén.

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