VERDAD

El Libro de los libros...
Bendiciones,
Enio

Meditación Diaria
por RICARDO "RITCHIE" PUGLIESE

VERDAD
JUAN 8: 31-32 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.(Vers. Reina y Valera)
Jesús les dijo a los judíos que habían creído en él: —Si ustedes se mantienen fieles a mi palabra, serán de veras mis discípulos; conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.(Vers. Dios Habla Hoy)

La Biblia es el único libro capaz de cambiar la vida de una persona, porque es la Palabra de Dios.
Tú puedes leer cientos de libros de grandes autores, y aún ciertos libros de otras religiones del mundo, pero ninguno de éllos tiene el poder de cambiar una vida como lo tiene la Biblia. La diferencia no está en su estilo literario o los temas que trate, sino en el poder que existe en élla.
Este poder no es de ningún ser humano sino de Dios mismo, manifestado en la persona de Jesucristo por el poder del Espíritu Santo.
Cuando alguien, con deseo de una búsqueda de algo más significativo para su vida, comienza no sólo a leer la Palabra de Dios sino también a tener intimidad con el Autor, la verdad de Su Palabra comenzará a trabajar en él y hacerle libre.
La mejor manera de ser librado de ataduras, vicios y males es ser un amante del Señor y un practicante de la Palabra de Dios. Muchos se conforman con leer solamente la Biblia, cuando la propuesta del Señor es también meditar en élla y aplicar sus consejos, para ser cambiados a la gloriosa libertad del Espíritu Santo y vivir una vida victoriosa. ¡Lee tu Biblia y practica sus enseñanzas!

CONFESION DE FE:
LA PALABRA DE DIOS ME HACE VIVIR EN VERDADERA LIBERTAD.

ORACION:
Ayúdame en este día Señor, a no sólo leer tu Palabra sino también a dejar que tu Espíritu Santo trabaje en mí produciendo cambios hacia la verdadera libertad que existe en Tí. Haz que tu verdad penetre en mi ser y me transforme en un verdadero discípulo. En el nombre del Señor Jesucristo. Amén.