miércoles, julio 18, 2018

PAZ EN DONDE REINA LA DUDA


DIOS está presente también en los momentos en que reina la duda.
Comparte esta meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
PAZ EN DONDE REINA LA DUDA
El Aposento Alto
**Leer  Juan 20:19-29
JUAN 20:19 “―¡La paz sea con ustedes!”
Al finalizar el sendero que sube hacia el monte Half-Dome, en el Parque Nacional Yosemite, nos encontramos frente a frente a los cables de metal que nos guiarían hasta la cima. Nuestro grupo había caminado durante horas, pero cuando finalmente vi los cables no quise subir. Sentí que era peligroso y que podría caer los 600 metros y morir. Al ver subir a mis amigos, me sentí avergonzado. Fue entonces que alguien se me acercó diciendo: «Yo iré contigo». El líder del grupo había quedado último para asegurarse de que yo no quedase rezagado o me cayera. Despacio, llegué hasta la cima y celebramos en la cumbre.
En la lectura del día de hoy, — la aparición de JESÚS ante los discípulos tras la crucifixión—, Tomás se niega obstinado a creer el testimonio de sus amigos. Al hacerlo se separó a sí mismo del resto del grupo. Entonces, de improviso, apareció Jesús.
En tiempos de duda, es posible sentir que DIOS está ausente, pero tal como el líder del grupo me ayudó con aquel cable, el Señor viene a nosotros también cuando nos invade la duda. Cuando estamos a punto de retroceder, DIOS nos susurra: «Yo iré contigo».
OREMOS: DIOS de Fortaleza, gracias por Tu amor persistente que nos acompaña aún en nuestros momentos difíciles y dolorosos de duda.
En el nombre de Cristo, amén.
Sr. Adam Benson (Carolina del Norte, EE.UU.)
**Leer  Juan 20:19-29 (NVI)

JESÚS SE APARECE A SUS DISCÍPULOS

Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando reunidos los discípulos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús y, poniéndose en medio de ellos, los saludó. ―¡La paz sea con ustedes! Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, los discípulos se alegraron. ―¡La paz sea con ustedes! —repitió Jesús—. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes. Acto seguido, sopló sobre ellos y les dijo: ―Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen sus pecados, les serán perdonados; a quienes no se los perdonen, no les serán perdonados.

JESÚS SE APARECE A TOMÁS

Tomás, al que apodaban el Gemelo, y que era uno de los doce, no estaba con los discípulos cuando llegó Jesús. Así que los otros discípulos le dijeron: ―¡Hemos visto al Señor!
―Mientras no vea yo la marca de los clavos en sus manos, y meta mi dedo en las marcas y mi mano en su costado, no lo creeré —repuso Tomás.
Una semana más tarde estaban los discípulos de nuevo en la casa, y Tomás estaba con ellos. Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró y, poniéndose en medio de ellos, los saludó. ―¡La paz sea con ustedes!
Luego le dijo a Tomás: ―Pon tu dedo aquí y mira mis manos. Acerca tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo, sino hombre de fe.
―¡Señor mío y DIOS mío! —exclamó Tomás.
―Porque me has visto, has creído —le dijo Jesús—; dichosos los que no han visto y sin embargo creen.
Te invito a visitar nuestra página web en la siguiente dirección:


No hay comentarios.: