viernes, agosto 11, 2017

UNA PERSONA COMÚN Y CORRIENTE

Jesús podrá lograr más cosas por medio de nosotros de lo que imaginamos.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
UNA PERSONA COMÚN Y CORRIENTE
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MATEO 4:18-2018 Pasando Jesús junto al Mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, que echaban la red en el mar, porque eran pescadores. 19 Y les dijo: —Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.  20 Ellos entonces, dejando al instante las redes, lo siguieron.”

El apóstol Pedro fue una persona común y corriente que vivió en un tiempo extraordinario. La suya fue la generación en la que Jesús vivió en la Tierra, y en la que murió para salvar a la humanidad.
Pedro (llamado originalmente Simón) conoció al Señor por medio de su propio hermano Andrés (Juan 1:40-42). Cuando Jesús lo invitó a convertirse en Su discípulo, dejó de inmediato su oficio de pescador para ponerse bajo la autoridad de Cristo (Mateo 4:20). Se volvió un apasionado seguidor que demostró siempre el anhelo de estar cerca del Salvador, y en medio de cualquier circunstancia. Ya se tratara de ir hacia Jesús caminando sobre el agua durante una tormenta (Mateo 14:27-29), o de hablar con ÉL durante Su transfiguración (Mateo 17:1-5), Pedro estaba consagrado a servir a su Maestro.
Al comienzo, el antes pescador era rápido en hablar y actuar, y esta impulsividad le creó problemas. Por ejemplo, cuando Jesús estaba hablando de Su sufrimiento y muerte inminentes, Pedro se opuso, como si supiera más que el Señor. La reprimenda de Cristo fue inmediata y directa (Mateo 16:21-23). El apóstol aprendió de sus errores, y recibió después una gran responsabilidad.
Pedro es un buen ejemplo de cómo debemos renunciar a nuestros deseos personales, obedeciendo sin reservas la dirección de Jesús y andando estrechamente con ÉL (Marcos 8:34).
El Señor escoge a personas comunes y corrientes, como Pedro, tú y yo, para edificar Su reino. ÉL pide a Sus seguidores que Lo amen más que a todas las cosas y que se consagren por completo a obedecerle. Si lo hacemos, ÉL podrá lograr más cosas por medio de nosotros de lo que imaginamos.

OREMOS: Permíteme Señor ser como Pedro y úsame de acuerdo a Tu voluntad. En Tu Nombre, amén.

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