sábado, junio 04, 2016

JOSÉ: ADELANTE POR FE


Y el SEÑOR lo hacía prosperar.
Comparte esta meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
JOSÉ: ADELANTE POR FE
Como creyentes, todos fallaremos de vez en cuando en nuestra fe. Cuando éso suceda, ¿cómo podremos controlar nuestras dudas? La clave es seguir enfocados en el Padre Celestial para poder seguir adelante haciendo Su voluntad.
Piensa en José, un héroe del Antiguo Testamento, quien confió en DIOS en todas las terribles pruebas de sus primeros años. La fe lo sostuvo frente a la traición, la esclavitud y la prisión. Apoyado en su confianza en el Padre Celestial, José no permitió que sus circunstancias, el entorno o las opiniones de otros, lo desviaran de actuar conforme a la voluntad de DIOS. José creía que cada situación de su vida era por voluntad de DIOS.
La reacción de la mayoría de las personas a las pruebas es quejarse de que su situación es injusta e inmerecida. Están tan enfocadas en sus circunstancias adversas, que pierden la oportunidad de servir a DIOS.
José eligió un enfoque diferente. Este joven, que había sido vendido como esclavo por sus hermanos, decidió hacer su trabajo con excelencia. Sus tareas en la casa de Potifar probablemente eran de baja categoría, pero las realizaba como si trabajara para el SEÑOR. Esta clase de compromiso le ganó a José la atención y el respeto de su amo, y el esclavo hebreo fue recompensado con mayores responsabilidades. Génesis 39:23 (LBLA) dice: “Todo lo que José emprendía, le salía bien y el SEÑOR lo hacía prosperar”.
José pasó de una dificultad a otra, pero se mantuvo centrado en el SEÑOR, quien le había prometido elevarlo a una posición de liderazgo:"10 Cuando José se lo contó a su padre y a sus hermanos, su padre lo reprendió, diciéndole: — ¿Qué significa este sueño? ¿Acaso que tu madre, tus hermanos y yo mismo, tendremos que inclinarnos ante ti?"  (Génesis 37:10).
José tenía un enfoque práctico frente a sus desventuras: se mantenía pensando en DIOS y sirviéndole sin detenerse en sus pruebas.

ORACIÓN: Gracias Padre Celestial por las bendiciones que Tú derramas sobre nosotros en todo momento. Ayúdame Señor en mi diario vivir y quehacer. Que todo lo haga de tal modo que sea como para Tí Señor. Te lo pido en el nombre de Cristo, amén.
José y la esposa de Potifar
39 Cuando los comerciantes llevaron a José a Egipto, lo compró Potifar, que era oficial del rey y capitán de su guardia. A José le fue muy bien allí, en la casa de su amo egipcio, pues Dios estaba con él. Potifar vio que Dios ayudaba a José y hacía que todo le saliera bien. 4-6 Por eso trató amablemente a José, lo puso a cargo de su casa y de todo lo que tenía. A partir de ese momento, y gracias a José, Dios bendijo a Potifar en todo, y él no se preocupaba ya de nada, más que de comer.
Como José era muy guapo y atractivo, la mujer de su amo se fijó en él, y le propuso: —¡Ven, acuéstate conmigo!
En vez de aceptar, José le contestó: —Mi amo confía en mí, y por eso ha dejado todo a mi cargo. Estando yo al frente de todas sus riquezas, él no tiene nada de qué preocuparse. No me ha prohibido nada, y en esta casa nadie tiene más autoridad que yo. Pero usted es su esposa. Tener relaciones sexuales con usted, sería pecar contra Dios.
10 Y aunque todos los días ella le insistía, él la rechazaba. 11 Un día, José entró en la casa para hacer su trabajo. Entonces ella, aprovechando que no había nadie en la casa, 12 lo agarró de la ropa y le exigió: —¡Acuéstate conmigo!
Pero José prefirió que le arrebatara la ropa, y salió corriendo de la casa. 13 Entonces ella, al verse con la ropa de José en las manos, 14 llamó a gritos a los sirvientes y les dijo:  M—¡Miren, este hebreo que trajo mi esposo ha venido a burlarse de nosotros! Se metió aquí y quiso violarme, pero yo me puse a gritar con todas mis fuerzas. 15 En cuanto me oyó gritar y pedir ayuda, salió corriendo ¡y hasta la ropa dejó!
16 Ella guardó la ropa de José hasta que regresara su esposo. 17 Cuando Potifar llegó, ella le contó la misma historia: «Ese esclavo hebreo que nos trajiste quiso violarme. 18 Pero en cuanto empecé a gritar pidiendo ayuda, dejó su ropa junto a mí y salió corriendo de la casa».
19 Al oír Potifar las quejas de su esposa, se enojó mucho. 20 Entonces agarró a José y lo metió en la cárcel, donde estaban los presos del rey.
Pero aun en la cárcel 21 Dios siguió ayudando a José y dándole muestras de su amor, pues hizo que el carcelero lo tratara bien. 22 Y así, el carcelero puso a José a cargo de todos los presos y de todos los trabajos que allí se hacían. 23 El carcelero no tenía que vigilarlo, porque Dios ayudaba a José y hacía que todo le saliera bien.

 

No hay comentarios.: