jueves, diciembre 11, 2014

SELECCIONAR

El Señor es mi pastor…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria    
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ISAÍAS 30:9 “Porque éste es un pueblo rebelde; son hijos engañosos, hijos que no quieren escucharla enseñanza del SEÑOR.”
Nuestro sentido del oído es verdaderamente sorprendente. Una membrana o tímpano que captura las vibraciones, tres huesecillos que transmiten el movimiento de la membrana y una estructura enrollada en forma espiral llamada cóclea o caracol.
De la cóclea parten los nervios que llevan las señales al cerebro para convertirlas en lo que percibimos como sonidos. La membrana, los huesecillos y el caracol reciben los sonidos sin discriminar su tono, intensidad o procedencia. Es nuestro cerebro el que se encarga de separar selectivamente a cuáles sonidos, interpretados según el lenguaje que conocemos y utilizamos para comunicarnos, les prestaremos atención y cuáles otros serán ignorados por completo.
Es decir, nuestra capacidad para recibir mensajes cuenta con un mecanismo para aceptar o ignorar lo que escuchamos, de tal manera que oímos y prestamos atención solamente a lo que queremos escuchar.
La palabra de DIOS ha sido predicada por todas partes y constantemente. Aún así muchos, incluso algunos hijos de DIOS, se niegan a escuchar el mensaje que DIOS tiene para ellos. Ésto no es más que una muestra clara de rebeldía, testarudez y desobediencia.
Miremos el ejemplo que utilizó el Señor Jesucristo para enseñar sobre la actitud que debemos mantener con relación a la Palabra de DIOS: “El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El portero le abre la puerta, y las ovejas oyen su voz. Llama por nombre a las ovejas y las saca del redil. Cuando ya ha sacado a todas las que son suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz.” 
Dice en Juan 10:27-28: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano." Qué maravillosa seguridad y qué preciosas promesas para las ovejas del Buen Pastor! Para aquellos que buscan Su rostro en oración y escudriñan Su Palabra día tras día, de modo que llegan a reconocer con facilidad su voz y se dejan guiar por ÉL. 
¿Te resulta difícil reconocer la voz del Señor? Si es así, busca una relación íntima con ÉL. Dedica tiempo a meditar en Su Palabra y a orar cada día de tu vida. ¡No hay otra manera! Verás como poco a poco tu oído espiritual se irá afinando y te resultará fácil escuchar y reconocer la voz de tu pastor. Cuando tú escuches esa voz que habla a tu corazón, y obedezcas las instrucciones fielmente, entonces recibirás todas las bendiciones que ÉL promete. 
¿Qué voz estás siguiendo? La del Buen Pastor o la de los ladrones y bandidos que quieren robarse las ovejas? Dedica toda tu atención a la Palabra de DIOS. Sólo así podrás saber qué es lo que espera DIOS de ti. Sólo así recibirás la dirección que tu vida necesita para vivir en paz y con alegría. ¡Sólo a DIOS sea la gloria!

ORACIÓN:
 Mi Padre Amado, te doy gracias por Jesucristo, tu Hijo, quien a través de Su muerte y resurrección se convirtió en el Gran Pastor de ovejas. Yo anhelo ser una oveja que reconozca Su voz por encima de todas las demás voces de este mundo, y quiero seguirle adonde quiera que ÉL me guíe. Afina mi oído, Señor, y dame la fuerza y el poder de tu Espíritu no sólo para escuchar sino también para obedecer la voz de mi Pastor. En el nombre de Jesús, amén.


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