martes, diciembre 28, 2010

EL TIEMPO DE DIOS

Tiempo al tiempo…
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Bendiciones,
Enio

Meditación Diaria
EL TIEMPO DE DIOS
GÁLATAS 4:4-5 “Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abba! ¡Padre!» ”

Mi amigo de la universidad iba a obtener el control de una gran herencia que le dejó su abuelo cuando cumpliera 25 años. Esa era la edad estipulada en el testamento y hasta entonces, no podía tocar el dinero.
Pero Bob no quería esperar hasta que tuviera «un cuarto de siglo» de edad para agarrar el dinero. ¡Imagínate el auto que podía estar conduciendo! ¡Las fiestas que podía hacer!
Trató de obtener el dinero cuando tenía 18 años. Le dijeron que era imposible. Lo intentó de nuevo a los 21. Tampoco lo logró….. todo lo que podía hacer era esperar. Abuelo sabía lo que hacía.
Para cuando Bob cumplió 25 años, se había graduado de la universidad, casado y establecido. Usó parte de la herencia para pagar los préstamos que tomó para estudiar y empezar un pequeño negocio. El resto lo invirtió. «Lo hubiera desperdiciado todo si lo hubiera recibido cuando tenía 18 años —dijo después— y probablemente también a los 21. Abuelo fue sabio al hacerme esperar.» EHL
En el pasaje bíblico para hoy, Pablo comparó la espera de Israel del Mesías con la espera de una herencia. Dijo que así como un heredero está «bajo tutores y administradores hasta el tiempo señalado por el padre», así también Israel tenía que esperar al Mesías hasta el tiempo señalado por Dios.
Cuando llegó ese tiempo, Jesús fue «nacido de mujer» (eso es lo que celebramos en Navidad) y «nacido bajo la Ley» (para poder cumplir la Ley por nosotros). De esta manera se cumpliría el propósito: «redimir» ; liberar a la humanidad de la desesperación de tratar de salvarse a sí misma y hacer posible nuestra salvación por gracia por medio de la fe en Él.
Recordar que el tiempo de Dios es lo mejor, es decir, que Jesús vino según el calendario de Dios y que regresará cuando Dios diga, hace que la Navidad sea más significativa para todos nosotros.
ORACIÓN: Padre del cielo, no hay palabras con qué agradecerte el enorme sacrificio de tu Hijo en la cruz del Calvario. Gracias porque a través de El, hoy soy libre de toda condenación. Ayúdame a vivir de manera que ese triunfo se refleje en mi testimonio cada día. ¡Que bueno es tenerte a mi lado, oh Señor, cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día, cada mes y cada año de mi vida! Enséñame a disfrutar de tu preciosa compañía y a actuar de manera que tu nombre sea glorificado. En el nombre de Jesús, Amén.

LECTURA BIBLICA: Gálatas 4:1-7

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