sábado, marzo 11, 2006

CORRECCIÓN EN EL HOGAR

Corrección en el hogar.
Bendiciones,
Enio


ALIENTO DEL CIELO PARA CADA DIA
Meditación Diaria
por RITCHIE PUGLIESE

DISCIPLINA
PROVERBIOS 19:18 Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; mas no se apresure tu alma para destruirlo. (Reina y Valera)
Corrige a tu hijo mientras aún pueda ser corregido, pero no vayas a matarlo a causa del castigo. (Dios Habla Hoy)

Hace varios años surgió una escuela de pensamiento filosófica muy famosa en los Estados Unidos, donde se decía que era peligroso disciplinar a los hijos. La idea de este movimiento era sólo dejar que éllos hicieran lo que les parecía para que expresaran su sentir, sin disciplinarlos. El resultado de practicar dicha propuesta originó la generación más rebelde e incrédula que en ninguna otra generación anterior. Fue una generación "degenerada" por el pecado y la decadencia moral.
Cuando alguien altera los principios bíblicos está destinado al fracaso. Dejar sin disciplina formativa a los hijos es dejarlos en las manos del enemigo para que haga de éllos criaturas rebeldes. La famosa rebeldía juvenil tiene su raíz en la falta de disciplina en la niñez.
No es ninguna vergüenza disciplinar a nuestros niños, en realidad ¡es una vergüenza dejarlos sin disciplina! Los padres son los responsables de aplicar una sana y sabia disciplina a sus hijos. Muchos creen que en la escuela o en la iglesia los niños deben ser educados, cuando en realidad estos lugares proveen los elementos para que los padres los formen en el hogar.
Es muy fácil traer hijos a este mundo pero muy difícil criarlos. Sólo con la ayuda del Señor es posible ser padres triunfadores, con hijos educados, que sean un aporte positivo para la sociedad.
No debemos esperar a que los niños crezcan para disciplinarlos. ¡Hoy es el tiempo de empezar, pues mañana puede ser muy tarde!

CONFESION DE FE:
SOY UN PADRE QUE DISCIPLINO CON LA AYUDA DEL SEÑOR A MIS HIJOS

ORACION:
Señor, házme un padre efectivo para la gloria de tu Nombre. Dame la gracia de disciplinar sabiamente, y no por nerviosismo, a mis hijos. En el nombre de Cristo. Amén.

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