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Bendiciones,
Enio
Meditación
Diaria
QUE DIOS DECIDA
Nuestro Pan Diario
**Leer Mateo 6:5-15 (RV95)
MATEO 6:10: “Hágase tu
voluntad.”
A Nico y Marilín les encantó ir a un restaurante
omakase durante su visita a Nueva York. “Omakase” es
una palabra japonesa que quiere decir «decide tú», lo cual significa que
los clientes dejan que el chef escoja lo que van a comer. Aunque era la primera
vez que probaban este tipo de platos y sonaba riesgoso, les encantó la comida
que el chef eligió y les preparó.
Esta idea se puede aplicar a nuestra actitud hacia DIOS
con respecto a nuestros pedidos de oración: «Decide tú».
Los discípulos veían que JESÚS «se apartaba a lugares desiertos, y oraba» (Lucas
5:16); por éso, un día le pidieron que les enseñara a orar. Les dijo que
pidieran por sus necesidades diarias, por perdón y por no caer en tentación.
Parte de su respuesta también sugirió una actitud de entrega: «Hágase tu voluntad,
como en el cielo, así también en la tierra» (Mateo
6:10).
Podemos presentar nuestras necesidades a
DIOS porque Él quiere escuchar lo que tenemos en el corazón… y se deleita en
dar. Pero nosotros, seres humanos finitos, no siempre sabemos qué es lo mejor;
por eso, tiene sentido pedir con un espíritu humilde y sumiso.
Podemos dejar que Él decida, confiados en
que escogerá preparar lo que es bueno para nosotros. — Anne Cetas
OREMOS: SEÑOR, gracias por tenerme a mí y mis
necesidades cerca de TU corazón. Entrego a TU cuidado mi vida y a mis seres
amados. En el nombre de CRISTO, amén.
**Leer
Mateo 6:5-15 (RV95)
Sobre la oración
5 »Cuando ores, no seas como los hipócritas,
porque ellos aman el orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las
calles para ser vistos por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su
recompensa. 6 Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto,
cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo
secreto, te recompensará en público.
7 »Y al orar no uséis vanas repeticiones, como
los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. 8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe de
qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis. 9 Vosotros, pues, oraréis así:
»“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu Reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en
la tierra.
11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
12 Perdónanos nuestras deudas, como también
nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13 No nos metas en tentación, sino líbranos del
mal, porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria, por todos los siglos.
Amén”.
14 »Por tanto, si perdonáis a los hombres sus
ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 pero si no perdonáis sus ofensas a los hombres, tampoco vuestro
Padre os perdonará vuestras ofensas.
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