Nosotros debemos hacer por los demás lo que DIOS hace por nosotros.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
UNA INFLUENCIA SIN LÍMITES
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COLOSENSES
3:12-13 “Entonces, como escogidos de
DIOS, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad,
mansedumbre y paciencia; soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros,
si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo
vosotros".
Algunos años antes de convertirse en presidente
de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt se enteró de que su hijo mayor estaba
enfermo. Aunque se recuperaría, la causa de esa enfermedad golpeó duramente a
Roosevelt: los doctores le dijeron que era por él.
Su hijo padecía «agotamiento nervioso», tras haber
sido implacablemente presionado por su padre para que se convirtiera en el
héroe valeroso que Roosevelt mismo no había sido durante su frágil niñez.
Entonces, prometió: «De ahora en adelante, nunca lo volveré a
presionar, ni mental ni corporalmente». Y
así lo hizo. Ese mismo hijo fue quien luego lideró valientemente el desembarco
de los soldados aliados en Playa de Utah durante la Segunda Guerra Mundial.
DIOS nos ha confiado el influir en la vida de
otras personas. Tenemos una gran responsabilidad hacia nuestros cónyuges, hijos, amigos,
empleados y clientes. La tentación a presionar demasiado, a exigir por demás, a
forzar el progreso o a orquestar el éxito puede llevarnos a perjudicar a otros.
Por éso, se exhorta a los seguidores de Cristo a vestirse «de entrañable
misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia» (Colosenses 3:12).
Si Jesús, el Hijo de DIOS, vino en humildad, ¿no deberíamos tratarnos
unos a otros con mansedumbre?
ORACIÓN: Señor,
ayúdame a reflejar tu carácter. En el nombre de Cristo, amén.
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