El consuelo
de DIOS viene a alegrar mi alma.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
PARA LOS TIEMPOS DIFÍCILES...
PARA LOS TIEMPOS DIFÍCILES...
SALMOS 94:19 “En medio de las preocupaciones que se agolpan en mi
mente, tú me das consuelo y alegría”.
La vida puede traernos tiempos de alegría y también
tiempos de angustias; tiempos de triunfos y tiempos de derrotas; tiempos de
éxitos y tiempos de fracasos.
Como cristianos debemos aprender la manera de permanecer
fieles a DIOS, cualquiera sea la circunstancia que atravesemos.
En los tiempos de alegría y de triunfo no se necesita
recibir consolación, pero en los tiempos difíciles es muy necesario para no
hundirnos en la depresión y poder salir adelante en el nombre del Señor.
El pasaje de este día fue escrito por el salmista en un
momento difícil de su vida. Seguramente,
como te está sucediendo a tí en este momento difícil de tu vida, la mente del
escritor "giraba" a miles de revoluciones por minuto intentando
encontrar una salida a esa difícil situación. Es en esos momentos donde debemos cuidar lo
que pensamos, pues generalmente los pensamientos que nos vienen son de derrota,
frustración y desesperación.
El pasaje de hoy dice que en medio de esos pensamientos
destructivos viene la consolación y la alegría del Señor. Ésto no puede explicarse pero ¡sí se
puede experimentar! Es la misma
presencia de DIOS, el Espíritu Santo, que vendrá sobre tu vida con un viento
renovador, esperanzador, consolador y sanador para ayudarte a no hundirte más
en tu difícil situación presente, sino para levantarte victorioso y que
continúes por el sendero de la vida.
Las consolaciones de DIOS son la alegría de nuestra alma,
son las aguas refrescantes en medio del desierto de la vida. Son las muestras de Su amor.
Tú en este mismo momento la puedes experimentar pues el
Señor, que conoce todas tus tristezas y preocupaciones, Te quiere renovar
enviándote consuelo y alegría desde el cielo.
Pídele a DIOS, en oración, Su presencia y Su fuerza. Ten la seguridad que ÉL responderá.
ORACIÓN: ¡Te alabo Señor porque en
medio de mis tormentas siempre estás Tú para, no sólo librarme de éllas sino
también para renovarme interiormente y darme esperanzas y fuerzas para seguir! ¡DIOS mío, Tú eres la verdadera alegría de mi
alma! Gracias por las muestras de Tu
amor. En el nombre de Jesucristo, amén.
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