Que se cumpla Tu voluntad…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¡OH, LA IMPACIENCIA!
Nuestro Pan
Diario
SALMOS 40:1 “Al Señor
esperé pacientemente, y El se inclinó a mí y oyó mi clamor”.
Ciertamente es la paciencia una virtud que pocos conocen
y muchos menos logran desarrollar. Éste es uno de los grandes
males de estos tiempos postmodernos. Queremos
dejar huellas y renombre y por lo tanto dedicamos todo el tiempo a mantenernos
ocupad@s, y no necesariamente en las cosas importantes.
Los
grandes avances en el transporte y las telecomunicaciones han logrado que las
distancias se acorten y que las decisiones tengan que ser tomadas
apresuradamente y sin mucho tiempo para madurar las ideas y analizar todos los
aspectos del asunto. Ese ritmo que aplicamos al trabajo lo utilizamos por igual
en las cosas que no son del trabajo y para todo mostramos un saludable
dinamismo que lamentablemente va acompañado de la importuna impaciencia. De
esta manera, cuando hablamos con DIOS y esperamos Su respuesta a nuestras
súplicas y necesidades, lo hacemos con la misma impaciencia con que tocamos el
claxón cuando la luz del semáforo cambia de rojo a verde y tenemos un vehículo
delante del nuestro.
Está
bien que cuando oremos a DIOS y derramemos delante de ÉL lo que hay en nuestro
corazón, le dejemos saber la impaciencia que nos agobia por no ver que ÉL nos
responde con la urgencia que nuestro caso requiere. Tenemos que ser sincer@s
con nosotr@s mismos y muy especialmente con DIOS. ÉL conoce nuestra impaciencia
y muy posiblemente la situación que estamos atravesando no es más que una
oportunidad de las tantas que DIOS aprovecha para enseñarnos a ser pacientes.
Bajemos
la guardia y rindamos nuestro tiempo a DIOS. Su respuesta siempre será
oportuna, aunque al principio no lo parezca. Confiemos en DIOS pues ÉL sabe qué
es lo que más nos conviene, desde todo punto de vista. Esperemos con paciencia
que las cosas se den en el tiempo de DIOS y no en el tiempo nuestro. Siempre es
mejor cuando DIOS actúa, así nos parezca que Se tarda mucho. ¡Sólo a DIOS sea
la gloria!
ORACIÓN: Padre Celestial no permitas que la
impaciencia viva en mí… ayúdame para que así sea. Que todo se haga y resuelva o
cumpla de acuerdo a Tu voluntad. Te lo pido en el nombre de Cristo, amén.
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