Nuestro corazón y nuestra esperanza en Cristo.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
TENEMOS UNA HERENCIA IMPERECEDERA
1a PEDRO 1:3-5 "3 Bendito
el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su gran misericordia nos
hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los
muertos, 4 para
una herencia incorruptible, incontaminada e inmarchitable, reservada en los
cielos para vosotros, 5 que
sois guardados por el poder de Dios, mediante la fe, para alcanzar la salvación
que está preparada para ser manifestada en el tiempo final."
Todos tenemos la necesidad
fundamental de sentirnos seguros y protegidos. Pero cuando basamos nuestro
sentido de seguridad en las cosas de este mundo, podemos esperar desilusión.
Esto es particularmente cierto cuando se trata de nuestras finanzas. Vivimos en
tiempos muy inciertos de alto desempleo y de pensiones que se reducen cada vez
más. Nuestro dinero puede escaparse rápidamente, no importa qué tan
cuidadosamente lo protejamos. En tiempos así, necesitamos recordar el futuro
que tenemos en la eternidad.
¿No es maravilloso saber que los
cristianos tenemos una herencia en el cielo? Nos fue dada cuando pusimos
nuestro corazón y nuestra esperanza en Cristo, y nunca nos será quitada, porque
está reservada y protegida para nosotros en el cielo. Algún día, cuando veamos
a Jesús cara a cara, disfrutaremos de todas las riquezas de la gracia divina, y
recibiremos nuestra plena herencia.
Pero, ¿sabías que cada día que
vivimos en este mundo tenemos la oportunidad de aumentar esa herencia,
invirtiendo en las cosas que el Señor valora y acredita a nuestra cuenta?
A éso se refería el Señor Jesús
cuando dijo: “Haceos
tesoros en el cielo” (Mateo 6:20). Cuando vivimos rectamente en obediencia a DIOS,
estamos acumulando buenas obras y aumentando nuestra herencia.
¿Estás más preocupado por
invertir en tu vida terrenal que en las riquezas eternas? Es fácil dejar que las exigencias y
responsabilidades de cada día eclipsen la importancia de nuestra herencia
eterna. Aparta tiempo cada día para reorientar tu mente y tu corazón, y comienza
así a guardar tesoros en el cielo.
ORACIÓN: Gracias mi DIOS por la herencia que Tú tienes
para mí. Ayúdame a no perderla. Que todo lo que haga sea de Tu agrado. En el
nombre de Cristo, amén.
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