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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
COSAS QUE NO PUEDEN SER SACUDIDAS
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HEBREOS 2:28-29 "28 Así
que, recibiendo nosotros un Reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante
ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia, 29 porque
nuestro Dios es fuego consumidor."
Las noticias de televisión
están, con frecuencia, llenas de entrevistas e imágenes de personas que han
sufrido una tragedia inimaginable. Un día nos muestran a los sobrevivientes de
un tornado cuyas viviendas fueron destruidas. Otro día, podemos ver
inundaciones impresionantes que barren a una comunidad. De vez en cuando,
podemos, incluso, ver casas que son tragadas por completo por un terrible
terremoto. Las expresiones en los rostros de quienes han sufrido pérdidas
pueden ser angustiantes.
Pérdidas como éstas siempre
llaman nuestra atención hacia la fragilidad de las cosas que más apreciamos,
como nuestros hogares, nuestras familias y nuestros trabajos.
Pero, en un mundo que parece
muchas veces estar sacudiéndose y desmoronándose, los creyentes en Jesucristo
tenemos el privilegio de anunciar que existe algo estable, algo que es
completamente seguro. Hay una roca sobre la que podemos mantenernos, y que no
puede ser sacudida. Ese fundamento inconmovible es, por supuesto, el DIOS
todopoderoso.
El Señor nos da también otras
verdades seguras.
Podemos confiar en que la
Sagrada Escritura es Su verdad inmutable y relevante para todos los tiempos.
Podemos depender para siempre
de una relación eterna con ÉL por medio de su Hijo. Y podemos tener la
seguridad de que quienes ponen su fe en Jesucristo les espera un hogar eterno
en el cielo.
Podemos tener estabilidad, aún
en este mundo inestable.
¿Tienes a alguien en tu vida
que necesita conocer esta buena noticia —alguien desesperado? No esperes; díle
esta buena noticia hoy mismo.
ORACIÓN:
Padre Celestial. Grande fue mi susto y temor durante el último temblor que
sentí. Gracias Señor que sólo fue eso. Ayúdanos Señor a encontrar en Ti esa paz
y seguridad que Tú sólo puedes dar y de saber que Tú estarás con nosotros.
Gracias Señor. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, amén.
Mirad que no desechéis al que habla, pues si no escaparon aquellos que
desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si
desechamos al que amonesta desde los cielos. 26 Su voz conmovió
entonces la tierra, pero ahora ha prometido diciendo: «Una vez más conmoveré no
solamente la tierra, sino también el cielo.» 27 Y esta frase: «Una
vez más», indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que
queden las inconmovibles. 28 Así que, recibiendo nosotros un Reino inconmovible, tengamos gratitud, y
mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia, 29 porque nuestro
Dios es fuego consumidor.
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