viernes, junio 05, 2009

RESCATE Y VUELTA A LA VIDA

Rescate y vuelta a la vida
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Bendiciones,
Enio


MEDITACIÓN DIARIA

RESCATE Y VUELTA A LA VIDA
Mateo 20:28 “…., así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.”

Un domingo, cuando la familia Desmore terminaba su frío paseo a la isla Kodiak y su pequeña embarcación los llevaba de regreso a la Bahía Larson en Alaska, sufrieron un percance. La embarcación se hundió con Misty, de tres años, una prima, su madre y su abuelo. Los guardacostas pudieron salvar a la madre y a la prima de Misty, pero el abuelo, Archie, de cincuenta años, murió de hipotermia.

Las esperanzas de los esforzados guardacostas no eran muy alentadoras en cuanto a la pequeña Misty, a quien no encontraban, y el tiempo transcurría en forma amenazante. Por fin hallaron a la niña, que flotaba boca abajo en las heladas aguas del Pacífico Norte. Misty había dejado de respirar hacía casi como cuarenta minutos. El doctor Marty, médico de los guardacostas, personalmente succionó casi un litro de agua marina salobre de los pulmones de la niña. En unión de su ayudante, le aplicó la respiración artificial hasta que ella comenzó a respirar por cuenta propia. Fue así como Misty se reanimó casi milagrosamente, y recibió cuidados intensivos en el Hospital Providence de Anchorage.

Es asombroso el increíble rescate y la milagrosa vuelta a la vida de una pequeña de tres años que prácticamente estuvo muerta a merced de las frías aguas del Pacífico.

Así como Misty flotaba sin ninguna esperanza, el hombre actual se encuentra vagando en un frío océano, ahogado por la culpa de sus faltas. Por sus propios medios jamás logrará salvarse. Pero su Creador ya hizo todo lo necesario para rescatarlo.

Jesucristo vino para pagar el precio de la culpa humana y quitarnos la carga que nos mantiene muertos en nuestros propios delitos. Al igual que el médico de los guardacostas que le aplicó la respiración artificial a la pequeña Misty, Cristo nos llena de su aliento divino —el Espíritu Santo— para que volvamos a la vida, a una existencia con sentido, a una vida con propósito llena de Su cuidado y de Su amor.

Si sentimos que ya no podemos respirar libremente, que estamos muertos interiormente, y reconocemos que el único que puede reanimarnos es Dios, es hora de que se produzca una verdadera y milagrosa resurrección en nuestra vida. Dios envió a su Hijo Jesucristo al mundo para rescatarnos, dando su vida como precio por nuestra libertad. Aceptemos el perdón que nos ofrece, sintamos el aliento de vida eterna y vivamos una nueva vida en Cristo Jesús.

ORACION: Señor, ayúdame a dejar todo lo que me impide a acercarme a Ti, reconozco que estoy haciendo mi voluntad y deseo recibir a Jesucristo en mi corazón. Gracias por las muestras de Tu amor. Gracias por la nueva vida que me das. En el Nombre de Cristo Jesús, amén.

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