Al rendir nuestra vida a JESÚS, encontramos
verdadera libertad.
Comparte esta meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
LA LIBERTAD DE
LA SALVACIÓN
Ministerios En Contacto
**Leer GALATAS 3:10-13, 21-24
GALATAS 3:24 “ Así
fue como la ley nos condujo hasta Cristo para que recibiéramos la salvación por
medio de la fe.”
La mayoría de nosotros estamos acostumbrados a
trabajar por un sueldo. Nos pagan por un trabajo terminado, y hay una
bonificación cuando el esfuerzo supera las expectativas. Es comprensible,
entonces, que muchas personas crean que la salvación depende de nuestras
acciones.
Los Diez
Mandamientos muestran la norma de DIOS para la santidad, pero aparte de Jesús
nadie los ha obedecido perfectamente. De hecho, Santiago 2:10 señala
que “cualquiera que guardare toda la ley, pero
ofendiere en un punto, se hace culpable de todos”. Un solo pensamiento
de envidia, un comentario poco amable, un chisme, una mentira o una acción que
deshonre a los padres es todo lo que se necesita para ser un transgresor de la
ley, de acuerdo con lo que DIOS estipula. Es decir, si la salvación dependiera
de nuestra insuficiente justicia, nadie podría salvarse. Pero estas diez normas
no tenían la intención de salvarnos; su propósito era mostrar nuestra impotencia
y señalarnos a Cristo: “De manera que la Ley ha sido
nuestro guía para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la
fe.” (Gálatas
3:24).
Nuestro Padre Celestial sabía que con nuestras
propias fuerzas éramos incapaces de cumplir Su ley. Pero, por Su misericordia,
envió a Su Hijo sin pecado para recibir el castigo que nosotros merecíamos por
nuestras transgresiones: la muerte: “porque la paga del pecado es muerte, pero la
dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.” (Romanos 6:23). JESÚS
cargó con nuestros pecados, murió y resucitó de la tumba. De este modo, venció
al pecado para que podamos ser libres.
La muerte y la
resurrección de JESÚS rompieron las cadenas del pecado. No podemos hacer nada
para reconciliarnos con DIOS; nuestra única esperanza es aceptar el regalo del
sacrificio que JESÚS hizo por nosotros. Al rendir nuestra vida a ÉL,
encontramos verdadera libertad.
OREMOS: Gracias Padre
Celestial, porque Tu diste a Tu Único hijo, a nuestro Señor Jesucristo, para
que todo aquel que en ÉL cree no se pierda más tenga vida eterna. En el nombre
de Cristo, amén.
**Leer Gálatas 3.10-13, 21-24
Gálatas 3:10-13
10 Por el contrario, cuantos viven pendientes de cumplir la ley
están bajo el peso de una maldición. Así lo dice la Escritura: Maldito sea quien no
cumpla constantemente todo lo escrito en el libro de la ley. 11 Y es evidente que, por cumplir la ley, nadie
será restablecido por Dios en su amistad, ya que también dice la
Escritura: Aquel
a quien Dios restablece en su amistad por medio de la fe, alcanzará la vida. 12 Pero la ley no se nutre de la fe, sino
que: quien
cumpla estos preceptos, por ellos vivirá.13 Fue Cristo quien nos libró de la maldición
de la ley, haciéndose por nosotros maldito. Pues dice la Escritura: Maldito sea todo el que
muera colgado de un madero.
21 Ley de Moisés y promesas
divinas, ¿son, entonces, algo opuesto? ¡De ningún modo! Si se hubiese
promulgado una ley capaz de dar vida, sí bastaría con cumplir esa ley para ser
restablecidos en la amistad divina. 22 Pero la Escritura presenta
al mundo entero dominado por el pecado, precisamente para que se conceda a los
creyentes la promesa que Dios les hizo por medio de la fe en Jesucristo.
No esclavos, sino hijos
23 Antes de llegar a la fe
éramos prisioneros de la ley, esperando encarcelados que se revelara la fe. 24 Así fue
como la ley nos condujo hasta Cristo para que recibiéramos la salvación por
medio de la fe.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario