De todos modos…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
DE TODOS MODOS,
¡FELIZ CUMPLEAÑOS!
ISAÍAS 41:13 “Porque yo, el Señor tu Dios, te he tomado de la mano y te he dicho: “No tengas miedo, yo te
ayudo”.
José Canepa, se despertó temprano, se estiró
sobre la cama, miró la fecha en el calendario… ¡22 de Febrero!... ¡Día de su Cumpleaños! Pero no toda ocasión de cumpleaños trae
felicidad.
José sonrió y se encaminó al baño. Quiso encender un cigarrillo, pero había una
fuga de gas en el baño, y hubo una explosión que lo dejó con quemaduras
graves. Llamaron a una ambulancia que
mientras lo trasladaba, camino al hospital, chocó con otro vehículo y José
sufrió una fractura de una pierna. Lo
subieron a otra ambulancia. Al llegar al
hospital, se resbaló de la camilla y se dislocó un tobillo…
Estas fueron las aventuras de José Canepa en su
día especial. El médico, que tuvo que
curarle las quemaduras, enyesarle la pierna y vendarle el tobillo, le dijo:
-“De todos modos, don José, ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!”-
Hay fechas en el año que obligan a hacer un
saludo tradicional. Por eso decimos:
“¡Feliz cumpleaños!”, o “¡Feliz Navidad!” o “¡Feliz Año Nuevo!”, o “Felices
Fiestas Patrias”, "¡Feliz Aniversario!", etc., etc., aunque en ese
día nos vaya tan mal de todos modos damos el saludo porque es lo correcto.
Sin embargo, lo cierto es que los días de nuestra
vida están llenos de sorpresas, y éstas no discriminan entre los días
especiales y los días ordinarios. El día
menos pensado puede sonar la alarma, trayendo el sobresalto y la
desventura. Nadie sabe, al levantarse en
la mañana, de qué modo llegará uno al descanso nocturno. El día puede depararnos bienestar o
calamidad.
¿Qué nos dice todo esto? Que debemos vivir con fe. Que como la vida es tan incierta, tan
insegura, debemos tener cada momento de cada día nuestra fe y confianza puesta
en el Señor que lo tiene todo bajo control.
Esa persona es Jesucristo: Señor, Salvador,
Maestro, Médico y Amigo. No obstante,
debemos reconocer que el poner nuestra vida en las manos de Cristo no nos pone
necesariamente fuera y a cubierto de los problemas, pero sí nos libra de la
desesperación. Nuestro problema no es la
desventura, es la desesperación; es, en otras palabras, la manera como
reaccionamos.
Cuando Cristo es nuestro Señor y Dueño, podemos
confiar en ÉL, que todo lo hace bien. No
siempre comprenderemos el por qué de la desventura, pero podemos siempre tener
fe en el amor y en la sabiduría de DIOS.
ÉL nos da la paz que necesitamos.
Más vale que recordemos que ninguno de nosotros
tiene previo conocimiento de lo que va a pasar.
El único que conoce el futuro es DIOS, que todo Lo sabe y tiene nuestra
vida en Sus manos. ÉL es el Señor de
todas las circunstancias. Pongamos
nuestra confianza en ÉL.
ORACIÓN: Señor, gracias te doy por este nuevo día
que me das. Porque has permitido que
abra mis ojos y siga en este mundo.
Gracias por el descanso de la noche y las bendiciones recibidas. Señor, te pido para este día Tu guía, ayuda y
protección, no sólo para mí sino también para mis seres queridos y amigos. Que al final del día, al recapitular, mi
oración sea para agradecerte por las grandes bendiciones que recibidas. Gracias por las muestras de Tu amor. Te lo pido por Cristo Jesús, amén.
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