UN CUIDADO EXTREMO QUE DEBEMOS TENER

Un cuidado extremo que debemos tener.
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Bendiciones,
Enio

Meditación Diaria

por RITCHIE PUGLIESE

OCUPACION
FILIPENSES 2:12c “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”

Las horas de nuestros días se llenan de muchas actividades y ocupaciones. Muchas veces pareciera que las 24 horas no alcanzaran. ¡Todos necesitaríamos algunas horas más si fuera posible!

Nuestras ocupaciones pueden ser obligatorias o voluntarias, buenas o malas, productivas o poco productivas. La agenda diaria de algunos cristianos, muchas veces, contemplan muchas actividades menos la espiritual. Pareciera como que les costara cultivar su vida espiritual.

Esto no es nada nuevo pues el enemigo de nuestras almas, el diablo, nos ocupa demasiado con cosas terrenales para que descuidemos las espirituales. El enemigo bien sabe que un cristiano que se ocupa diligentemente en su vida espiritual es una persona llena del Espíritu Santo e invencible.

El pasaje de hoy dice enfáticamente que debemos ocuparnos de nuestra salvación con temor y temblor. Esta expresión muestra el cuidado extremo que debemos tener en conservar y no perder lo maravilloso que hemos recibido de parte de Dios.

La prioridad del cristiano siempre debe ser la vida espiritual, pues el éxito o el fracaso aquí en la tierra depende de cuánto la cuidemos o descuidemos. Este puede ser un tiempo nuevo para tí, para dejar la pereza y empezar a ejercitar los músculos espirituales, a fin de ver tu vida cristiana fortalecida por el poder de Dios.

¡Ocupa tu tiempo en lo eterno y tu vida tendrá propósito para el presente y el futuro!

CONFESION DE FE:
ME OCUPO DE MI ESTADO ESPIRITUAL PARA EVITAR DEBILITARME EN LA FE.

ORACION:

Renueva, por tu Espíritu Santo, oh Dios, mi agenda diaria a fin de ocuparme en Tus cosas y fortalecer mi vida espiritual. Ayúdame a diferenciar lo bueno de lo mejor. Con la ayuda de Cristo nuestro Señor y Salvador, amén.