Lucha interna vencida.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
por RICARDO "RITCHIE" PUGLIESE
LLEVAR
1 PEDRO 2:24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. (Vers. Reina y Valera)
Cristo mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, para que nosotros muramos al pecado y vivamos una vida de rectitud. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados. (Vers. Dios Habla Hoy)
La lucha interna de los pensamientos es una batalla que debemos ganar día a día, especialmente aquellos pensamientos que no provienen de Dios sino del enemigo de nuestras almas, el diablo, que quiere hacernos sentir mal y que no disfrutemos la gracia perdonadora del Señor.
Pareciera que ciertos pecados que hemos cometido, luego de confesarlos y recibir la limpieza y perdón del Señor, aún siguen siendo recordados por nuestra mente. Es como que sabemos que somos perdonados, pero nuestros pensamientos nos recuerdan a cada instante ese pecado.
El pasaje de este día dice que el Señor llevó nuestros pecados. Esa palabra da la idea de trasladar una cosa se un lugar a otro. ¡Y eso es lo que suecedió con el pecado en su vida!.
Cuando tú reconociste tu pecado y lo confesaste, el Señor lo limpió, perdonó y llevó ese pecado lejos de tu vida para siempre. Tú ya no debes cargar más con esa culpa torturadora. Lo que sucede es que el enemigo es acusador y está intentando, todo el tiempo, desacreditar la obra de Dios en tu vida.
Cada vez que te venga a la mente un pecado que tú has confesado y recibido el perdón, recuerda también que ese pecado ha sido llevado a otro lugar lejos de tu vida para siempre, pues tú has sido totalmente perdonado por el Señor.
CONFESION DE FE
EL SEÑOR HA PERDONADO MIS PECADOS CONFESADOS Y SE LOS HA LLEVADO DE MI VIDA
ORACION:
Quiero ganar con tu ayuda Señor, esta batalla de la mente que quiere hacerme vivir en condenación. Gracias por recordarme en tu Palabra que Tú te llevaste mis pecados confesados para siempre. ¡Bendito sea Tu poderoso Nombre! Gracias Señor, en Tu nombre, amén.
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