jueves, abril 13, 2023

COMPARTAMOS NUESTRA ESPERANZA

  

Para los creyentes en JESUCRISTO.

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Bendiciones,

Enio

Meditación Diaria

COMPARTAMOS NUESTRA ESPERANZA

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1ª PEDRO 3:13-18

13 ¿Quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? 14 Pero también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os inquietéis. 15 Al contrario, santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros. 16 Tened buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. 17 Mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.

18 Asimismo, Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; 

Para los creyentes en JESUCRISTO, la condición de la humanidad perdida debe ser aleccionadora y motivadora. Efesios 2.12 dice que estábamos “separados de Cristo... sin esperanza y sin DIOS en el mundo”. ¿Hay algo peor que esto? Si no hay una relación con DIOS a través de Su HIJO, no hay esperanza de salvación.

JESUCRISTO vino al mundo para sufrir el castigo por nuestro pecado, y experimentar la muerte que merecíamos. Al hacerlo, satisfizo las demandas de justicia de DIOS, eliminando así la culpa y la condenación de quienes creen en ÉL como SALVADOR y SEÑOR. El resultado es que quienes antes estaban “lejos, [han] sido hechos cercanos por la sangre de Cristo (1ª Pedro 3:13).

Ahora bien, quienes hemos recibido esta esperanza estamos llamados a compartirla con los demás. Sin embargo, la gente no puede saber que el Señor JESUCRISTO es la única esperanza, a menos que sepan de ÉL por medio de nosotros. Como dice Pedro, esta tarea no siempre es fácil porque algunas personas son hostiles a nuestro mensaje. No obstante, estamos llamados a “dar razón de la esperanza” que hay en nosotros “con mansedumbre y reverencia” (1ª Pedro 3:15).

Nuestro testimonio de JESUCRISTO debe ser evidente tanto en nuestras palabras como en nuestras acciones. A medida que el ESPÍRITU SANTO comienza la obra de renovar nuestra mente con la Palabra de DIOS, nuestras actitudes y conducta se vuelven cada vez más parecidas a las de CRISTO. Y ese es un testimonio poderoso para un mundo sin esperanza. CRISTO ofrece una vida transformada ahora mismo, y la promesa de vida eterna para todos los que vengan a ÉL en arrepentimiento y fe. Así que, ¡compartamos nuestra esperanza!

OREMOS: PADRE Celestial ayúdanos, a través del ESPÍRITU SANTO a llevar Tu Palabra a todos nuestros semejantes y que se haga Tu voluntad. En el nombre de CRISTO, amén.

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