sábado, marzo 10, 2007

EL CRISTIANO Y LA PEREZA...

El cristiano y la pereza...
Bendiciones,
Enio

ALIENTO DEL CIELO PARA CADA DIA
Meditación Diaria
por RITCHIE PUGLIESE
PEREZA
PROVERBIOS 24:10 Si fueres flojo en el día de trabajo, tu fuerza será reducida.
La pereza es una actitud natural del ser humano, especialmente cuando el cuerpo se encuentra fatigado y cansado y se debe hacer algo. Es normal tener pereza en un día de descanso donde sólo nos dedicamos a reposar, pero no lo es en el medio de una jornada laboral intensa. A ninguna empresa laboral le interesa tener en su plantel a un trabajador perezoso.
El perezoso es aquél que sólo le interesa cobrar su dinero, pero hace su trabajo de mala gana y a un ritmo lento. Algunos se quedan despiertos hasta altas horas de la noche, saliendo o haciendo otras cosas, y luego al otro día no tienen fuerzas para trabajar.
Muchos ven al trabajo como un castigo cuando en realidad es una bendición. Allí es donde aprendemos a cumplir órdenes, realizar tareas, cumplir metas y eliminar la pereza. Los flojos nunca son promovidos a mejores puestos, pues esa actitud siempre los desacreditará.Como cristianos debemos aprender a controlar la pereza cuando llegue y nos encontremos en nuestro lugar de trabajo. Cuando ésta llegue, haga un alto por unos minutos vaya al baño a lavarse la cara para refrescarse y volver a cumplir sus obligaciones. No es de buen testimonio que un cristiano sea perezoso en su trabajo.
El Espíritu Santo nos hace capaces y efectivos, nunca perezosos o negligentes. Si en este tiempo estás atravesando un tiempo de pereza, ora al Señor, ajusta tus horarios, duerme lo suficiente y toma vitaminas energizantes a fin de que tu vida laboral sea de buen testimonio para la causa de Cristo. ¿Eres conocido como un perezoso o un buen trabajador?

CONFESION DE FE:
DESECHO LA PEREZA, EN EL NOMBRE DEL SEÑOR.

ORACION:
Me doy cuenta Señor, que mi dieta y mis horarios están colaborando para que mi pereza se acreciente cada día en mi trabajo. Dame sabiduría y entendimiento para hacer los ajustes necearios y volver a ser lo que era antes: Un trabajador diligente. En El Nombre de Tu Hijo Amado, Jesucristo nuestro Señor, amén.

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