La mejor manera de
disfrutar de un trabajo es hacerlo para el Señor.
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Bendiciones,
Enio
Meditación
Diaria
EL
HOMBRE QUE SONRÍE
Nuestro Pan Diario
**Leer Colosenses 3:18-23
COLOSENSES 3:23 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón,
como para el Señor
y no para los hombres,”
Ir a la tienda
de comestibles no es algo que me agrade. Es tan solo una parte inevitable de mi
vida; algo que es necesario hacer. Sin embargo, hay una parte de esta tarea
que, inesperadamente, empezó a atraer mi atención: pagar en la caja de Fred.
Fred convierte
la caja en un espectáculo: es sumamente rápido, siempre tiene una sonrisa
enorme e incluso baila (¡y, a veces, canta!) mientras hace acrobacias con los
productos (los irrompibles) para colocarlos en las bosas plásticas. Es evidente
que le encanta un trabajo que podría considerarse entre los más tediosos.
Además, por unos instantes, les levanta el ánimo a los que esperan en fila para
pagar.
Su actitud
alegre, su deseo de servir y su atención a los detalles se asemejan a la
descripción del apóstol Pablo en Colosenses 3:23 sobre cómo debemos trabajar: «Y todo lo que
hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres».
Cuando estamos
en comunión con CRISTO, cualquier trabajo es una oportunidad para reflejar Su
presencia en nuestras vidas. Ninguna tarea es demasiado pequeña… ¡ni demasiado
grande! Cumplir con nuestra responsabilidad con gozo, creatividad y excelencia
nos permite influir sobre los demás, independientemente de cuál sea nuestro
trabajo. —Adam Holz
OREMOS: SEÑOR,
ayúdame a poner entusiasmo y alegría en todo lo que haga hoy. En Tu Santo
Nombre, amén.
**Leer Colosenses 3:18-23
Casadas, estad sujetas a
vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres y
no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque
esto agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se
desalienten.
Esclavos, obedeced en
todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren
agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a DIOS. Y todo lo que
hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.
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