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Bendiciones,
Enio
Meditación
Diaria
MATEO 11.28 "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os
haré descansar".
Una
mañana, mientras limpiaba de yerbas mi jardín, encontré entre las flores una
planta de orquídea que una vez fue hermosa y exuberante.
En ese momento
lucía fea y estropeada. Con desdén, la arranqué y la tiré en medio del jardín.
Un tiempo
después, mientras regaba el jardín, encontré la más hermosa orquídea que yo
jamás hubiera visto. Para mi sorpresa, estaba creciendo de la planta que había
tirado.
Este hecho me recordó la historia
bíblica de la higuera y el viñador paciente (Lucas 13.6-9
6 Les dijo también esta parábola: «Un
hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y nos
encontró. 7 Dijo entonces al
viñador: "Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y nos
encuentro.
Córtala, ¿para qué malgastar la tierra?".
8 Pero él respondió: "Señor,
déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré.
9 Puede ser que así dé frutos en adelante.
Si no, la cortarás"»).
Este hecho se me pareció a la
experiencia con la orquídea. El viñador de la historia nos da un buen ejemplo.
En vez de rechazar a quienes están trabajados y cargados, como los menesterosos,
los niños de la calle y otras figuras que la sociedad desprecia, debemos
reconocer que todos tienen sus dones y talentos.
Podemos
dar la bienvenida a las personas que viven al margen de la sociedad. Cuando lo
hacemos, vivimos en el Espíritu de Cristo, que dijo: «no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar
al mundo» (Juan 12.47).
Autor: Sra. Miriam Marchini de Freitas (San Pablo, Brasil)
Pensamiento
para el Día: NO JUZGUEMOS PARA NO SER JUZGADOS.
ORACIÓN: Gracias, DIOS, por Tus bendiciones. Danos el
deseo y el valor de recibir a quienes la sociedad rechaza. En el nombre de
Cristo Jesús. Amén.
OREMOS: Por los/as niños/as abandonados/as.
Léase Lucas 14.7-14
7 Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros
puestos, les dijo esta parábola:
8 «Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques
en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona
más importante que tú,9 y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que
decirte: "Déjale el sitio", y así, lleno de vergüenza, tengas que
ponerte en el último lugar.
10 Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en
el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga:
"Amigo, acércate más", y así quedarás bien delante de todos los
invitados. 11 Porque todo el que ensalza será humillado, y el que se humilla
será ensalzado».
12 Después dijo al que lo había invitado: «Cuando des
un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus
parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así
tengas tu recompensa. 13 Al contrario, cuando des un banquete, invita a los
pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos.
14 ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo
retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!».
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